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26 de abril de 2024

Dron iraní Shahed 136

Dron iraní Shahed 136 adquirido por Rusia a IránAFP

243 días de guerra en Ucrania

Rusia adquiere otros 2.000 drones kamikaze al régimen de Irán, denuncia Zelenski

Varios indicios apuntan a que Rusia se prepara para dar un golpe sobre el tablero ucraniano y provocar una nueva e imprevisible escalada

El conflicto ucraniano podría encontrarse ya en plena escalada. A la insistencia por parte de Rusia de que Ucrania está a punto de concluir la fabricación de una bomba sucia, se le suma ahora la compra por parte del Kremlin de otros 2.000 drones suicidas a Irán.
Los drones kamikaze Shahed-136 de fabricación iraní han golpeado con dureza en las últimas semanas objetivos civiles en Ucrania.
Como consecuencia del empleo masivo de esta arma, a la que ha tenido que recurrir Moscú tras gastar gran parte de su stock de misiles, el Ejército ruso ha destruido en gran medida la infraestructura eléctrica ucraniana.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, confirmó la adquisición de los drones por parte de Rusia: «Según nuestras informaciones, Rusia encargó cerca de 2.000 Shaheds iraníes».
La adquisición de estos drones por parte de Rusia, además, ha causado una crisis diplomática entre Ucrania e Israel. Ucrania acusa a Israel de permitir con su neutralidad en el conflicto ucraniano que Rusia emplee drones suicidas iraníes para matar a ciudadanos ucranianos.
«Esta alianza no hubiera existido si sus políticos hubieran tomado una decisión entonces. La decisión que les pedimos», reprochó Volodimir Zelenski a las autoridades israelíes.
La adquisición de los 2.000 drones se produce en medio de una ofensiva diplomática rusa para denunciar un hipotético futuro ataque ucraniano de bandera falsa empleando una bomba sucia.
Las bombas sucias están formadas con explosivo convencional y revestidas de material radiactivo.
Según el Kremlin, Kiev pretende lanzar una bomba sucia y acusar a Moscú del ataque. Kiev, por su parte, acusó a Moscú de tener planes para explotar ellos mismos la bomba para acusar a Kiev y justificar de esa manera un ataque con armas nucleares tácticas.
«Las informaciones de las que disponemos señalan que dos organizaciones ucranianas tienen instrucciones específicas para crear la denominada bomba sucia», declaró en un comunicado el teniente general Igor Kirillov recogido por AFP.
«Su trabajo entró en la fase final», añadió el alto cargo, responsable en el ejército ruso de las radiaciones, productos químicos y biológicos.
Según Kirillov, «el objetivo de esta provocación es acusar a Rusia de utilizar armas de destrucción masiva en Ucrania y lanzar así una potente campaña antirrusa en el mundo».
Las acusaciones de Moscú fueron rechazadas de inmediato por Kiev y sus aliados.
El ministro ucraniano de Relaciones Exteriores, Dmitro Kuleba, insistió en que las inculpaciones eran «absurdas» y «peligrosas». El presidente Volodimir Zelenski pidió por su parte a sus aliados occidentales responder de manera «más dura posible».

Misión de inspección

El lunes, Kuleba dijo que había hablado del tema con el jefe del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Rafael Grossi.
Grossi «aceptó. A diferencia de Rusia, Ucrania siempre ha sido y sigue siendo transparente. No tenemos nada que ocultar», dijo.
Estados Unidos, Reino Unido y Francia emitieron una declaración conjunta el domingo para rechazar la versión «claramente falsa» de Rusia.
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