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10 de mayo de 2024

José María Ballester Esquivias
José María Ballester Esquivias

Meloni quiere poner orden en las mezquitas italianas

Su partido impulsa una propuesta de ley para que barracones, sótanos y garajes dejen de ser lugares de culto

Actualizada 04:30

La primera ministra italiana, Giorgia Meloni

La primera ministra italiana, Giorgia MeloniGTRES

El proyecto de ley actualmente en discusión en la Cámara de Diputados de Italia se refiere, oficialmente, a la normativa urbanística y establece que, para las religiones que no hayan suscrito un acuerdo con el Estado, (intesa), las asociaciones culturales que utilicen un edificio no podrán cambiar su uso para destinarlo a lugar de culto.
En opinión del ponente, el diputado Fabrizio Rossi, de Fratelli d’Italia, al defender su contenido en la Comisión de Medio Ambiente, el proyecto «pretende limitar la aplicación de las normas actuales ante la proliferación en la última década de asociaciones que, de hecho, tienen como función exclusiva o prevalente la de gestionar lugares de culto para la comunidad islámica en edificios que carecen de los requisitos urbanísticos, estructurales y de seguridad necesarios para tal uso».
El islam es la única religión, entre las principales que operan en Italia, que aún no ha firmado un acuerdo con el Estado, pese a contar con dos millones de fieles, y solo una decena de lugares de culto oficialmente reconocidos, y edificados a raíz de un acuerdo con los ayuntamientos. Eso significa que la inmensa mayoría de seguidores de Alá en territorio italiano practica su culto en barracones, sótanos o garajes previamente acomodado. Son estos locales los que están en el punto de mira de la propuesta de ley impulsada por el partido de la jefa del Gobierno, Giorgia Meloni.

Imanes y laicos denuncian un ataque sin precedentes a la libertad religiosa y de culto

La reacción de la comunidad islámica ha sido, como era previsible, contundente. En primer lugar, porque suele ser infrecuente que actúe al unísono, debido a una composición étnica heterogénea y con intereses políticos y teológicos no siempre coincidentes. Al abordar el fondo de la cuestión, imanes y laicos –con responsabilidades asociativas o de a pie– denuncian un ataque sin precedentes a la libertad religiosa y de culto, consagrada en la Constitución italiana. Algunos, incluso, hablan de impugnación a todo el islam italiano.

Desde Fratelli d’Italia se asegura que las comunidades islámicas retuercen la ley de asociaciones para arraigarse en territorio italiano creando mezquitas y madrasas

Desde Fratelli d’Italia se asegura que las comunidades islámicas retuercen la ley de asociaciones para arraigarse en territorio italiano creando mezquitas y madrasas (centros de enseñanza o de formación doctrinal) ante la indiferencia de las instituciones, desafiando la ley y sin ninguna posibilidad sustancial de intervención por parte de las fuerzas del orden. Bien es cierto que desde algunos sectores islámicos hay disposición para negociar y aceptar la creación de lugares de culto alternativos.

«Pacto por un islam italiano»

El diálogo entre diversas comunidades islámicas y las autoridades italianas lleva en marcha desde que en 2017 se inició el «Pacto por un islam italiano». Pero se encuentra en un punto muerto.
Una forma de resolver un entuerto que reúne todos los requisitos para ir agravándose con el paso del tiempo consistiría en la firma de una intesa entre el islam italiano y el Estado. De lograrse, permitiría al islam financiarse mediante el mecanismo del «ocho por mil», similar al del 0,7% vigente en España al hacer la declaración del Impuesto sobre la Renta. Sin embargo, la falta de representatividad homogénea de la religión islámica dificulta ese proceso. Tampoco está muy por la labor el Gobierno. Por lo menos, ahora.
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