El Rey de Marruecos, Mohmmed VI, presidió el domingo la recepción oficial en la ciudad de M’diq, cerca de Ceuta, con motivo de la Fiesta del Trono, que conmemora el 24ª aniversario de su ascensión al trono.
Junto a él, su hijo el príncipe heredero Moulay El Hassan y el hermano del Rey, el príncipe Moulay Rachid.
La ceremonia transcurrió sin sobresaltos. El Rey, visiblemente deteriorado, eso sí, recibió a las personalidades marroquíes y a los representantes diplomáticos extranjeros, escuchó el himno nacional, rindió honores a la bandera y asistió a la salva de 21 cañonazos en su honor.
Pero las sorpresas vendrían a continuación en Tetuán, donde continuaron las celebraciones.
El príncipe heredero, y no el rey, presidió el almuerzo ofrecido con motivo de la fiesta por el jefe del gobierno, Aziz Akhannouch, y, a continuación, pasó revista al destacamento de la Guardia Real, un honor reservado a su padre, el rey y jefe supremo de las fuerzas armadas del reino.
También acudieron a saludar al príncipe los miembros del cuerpo diplomático acreditado en Marruecos.
Un auténtico desfile de autoridades nacionales y extranjeras que, unido a la revista a la Guardia Real, ofreció una música que sonaba a cesión del mando militar y sucesión al trono.
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