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13 de mayo de 2024

Golpe de Estado en Gabón

Soldados de Gabón celebran el golpe de estado junto al general Brice Oligui Nguema, líder del golpeAFP

La era golpista en África que inauguró Mali no se cierra: Gabón es el último capítulo

Mali, Guinea, Burkina Faso, Níger…, y ahora Gabón: África central y occidental consolidan su etapa golpista con un goteo de golpes de estado

El último eslabón de la cadena de golpes de estado militares que recorre el continente africano lo constituye Gabón.
El país situado a la altura ecuatorial de la costa atlántica de África, con fronteras compartidas con la hispano-hablante Guinea Ecuatorial, Camerún y la República del Congo, toma el testigo de Níger, donde gobierna una junta militar desde el pasado 29 de julio.
Los acontecimientos en Gabón se precipitaron el miércoles, después de varios días de tensión como resultado de unas elecciones celebradas bajo la sospecha del fraude.
Los resultados finales de la votación dieron la victoria al presidente Ali Bongo, que retiene el poder desde hace 14 años.
Tras anunciar los resultados oficiales, un grupo de doce militares tomaron las instalaciones del canal de televisión Gabon 24 y anunciaron que se anulaban las elecciones y se disolvían todas las instituciones del país.
El poder quedaba en manos de un Comité para la Transición y Restauración de las Instituciones controlado por el Ejército.
La región de África central y occidental se ha convertido en un punto de inestabilidad que ya se conoce como «el cinturón golpista», apunta la agencia Reuters.
Desde que en agosto de 2020 los militares tomaron el poder en Mali, se han sucedido los golpes de Estado en Chad, Guinea, Burkina Faso, Níger, y ahora Gabón, señala la agencia.
Todos ellos tienen en común contextos de violencia, ya sea política, étnica o religiosa, sociedades vulnerables en estado de pobreza, importantes intereses energéticos o de materias primas y la presencia de Rusia y China en competencia con los intentos de las antiguas potencias coloniales europeas de mantener su influencia.
El golpe de estado de los coroneles malienses de Assimi Goita dio el pistoletazo de salida. Mali es un país que arrastraba, y arrastra, años de inestabilidad desde la ofensiva yihadista de 2012 que se hizo con el control del norte del país.
La incapacidad de la misión militar francesa, con apoyo de la Unión Europea, a la hora de erradicar el yihadismo y devolver la estabilidad al país, llevó al poder a la junta militar encabezada por coronel Goita, autoproclamado presidente.
Goita exigió la retirada de las tropas francesas y dio entrada a Rusia y a sus mercenarios del Grupo Wagner.
Desde entonces, la situación en Mali no ha hecho más que empeorar, con un fortalecimiento de los grupos terroristas islámicos y las operaciones sangrientas de los mercenarios Wagner.
En abril de 2021, le tocó el turno a Chad. Los militares aprovecharon la muerte del presidente Idriss Deby, en un ataque de rebeldes norteños durante una visita a sus tropas, para ocupar el poder.
En Guinea el coronel Mamady Doumbouya tomó el poder en septiembre de 2021 tras derrocar al presidente Alpha Condé, que había modificado la Constitución del país para perpetuarse en el poder.
En Burkina Faso los militares derrocaron al presidente Roch Kabore en enero de 2022 por su incompetencia en la lucha contra el terrorismo yihadista.
El golpe de Estado en Níger es el más reciente antes del de Gabón. El 29 de julio miembros de la guardia presidencial detuvieron al presidente Mohamed Bazoum y lo sometieron a arresto en su palacio.
Poco después, los líderes militares emitieron un mensaje televisivo donde anunciaban que tomaban el poder. La justificación que esgrimieron fue la creciente inseguridad del país con una cada vez mayor influencia de las redes de Al Qaeda y Estado Islámico en el país.
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