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18 de mayo de 2024

Ursula Von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, junto a Rishi Sunak, primer ministro británico

Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, junto a Rishi Sunak, primer ministro británicoAFP

El Debate en Bruselas

Reino Unido solo se sumará a más proyectos como Horizon «si benefician a los contribuyentes británicos»

El regreso de Reino Unido al programa Horizon tras tres años de bloqueo ha alimentado esperanzas de que se anulen otras ramificaciones desagradables del Brexit

El acuerdo de Copernico y Horizon ha tendido un puente histórico entre Londres y Bruselas: con el rabo entre las piernas, y una penitencia de 616 millones de euros, Reino Unido retomó su lugar en los programas de investigación espacial de la Unión Europea.
Es un paso simbólico que podría abrir la puerta a una mayor cooperación entre el gobierno de Rishi Sunak y el bloque europeo –rectificando algunas de las consecuencias menos prácticas del Brexit–.
Desde Bruselas, los diplomáticos ya esperan que las relaciones entre ambos bloques empiecen a mejorar. En declaraciones a The Guardian, parlamentarios señalaron que el vínculo entre Rishi Sunak y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, era mucho más amigable que el de sus predecesores: tanto Liz Truss como Boris Jonson se mostraban hostiles contra los miembros de la Unión Europea.
Sunak y Von der Leyen se comunican, según The Guardian, «a través de mensajes de texto» y sin necesidad de segundas personas. Son dos personas supuestamente parecidas. Hablan de forma similar, y están comprometidos con «los intereses estratégicos del G7» para frenar a Rusia y reducir su dependencia de los productos chinos.

Horizon es solo el principio

Por eso, el regreso de Reino Unido al programa Horizon tras tres años de bloqueo ha alimentado esperanzas de que se anulen otras ramificaciones desagradables del Brexit: la suspensión de un impuesto adicional sobre los coches eléctricos, más cooperación en temas de inmigración, y, más adelante, restaurar los intercambios Erasmus.
También está por gestionar un posible acuerdo con Frontex, la agencia fronteriza europea, que permitiría a ambas partes intercambiar información y datos sobre la inmigración.
Y otro problema urgente sería resolver el asunto del Sistema de Información de Schengen (SIS), al que Reino Unido no tiene acceso: a raíz del Brexit, la UE excluyó a Londres de la base de datos de criminalidad que comparten todos los países Schengen, y que almacena huellas, dedos, imágenes faciales, datos de ADN, , y emite alertas sobre personas vulnerables o buscadas.
Esta decisión volvió a Reino Unido más vulnerable de cara al crimen, y podría provocar un aumento en la delincuencia en el territorio británico.

El problema de los coches eléctricos

Zanjado el tema de Horizon y Copernicus, Londres espera con impaciencia que se resuelva el problema de los coches eléctricos. En enero, se establecerá un impuesto adicional a todas las exportaciones de vehículos y motores entre Reino Unido y la Unión Europea. Bajo la nueva normativa, al menos un 45% de las piezas de los coches eléctricos de ambos lados del Canal de la Mancha deben provenir de Reino Unido o de la Unión.
Esta iniciativa tiene por objetivo reducir la dependencia de productos chinos: sin embargo, las industrias de motor ya se han quejado, y dicen que el impuesto causará grandes daños a marcas de coches como BMW, Peugeot, Fiat, y Volkswagen –que necesitarán al menos tres años para desarrollar sus propios sistemas eléctricos–.

Sin retorno

Aunque la suspensión de este impuesto adicional es el próximo elemento en la agenda británica, fuentes de la Comisión advierten que el avance en los acuerdos no supone un retorno de Londres a la UE. «Esto va de construir acuerdos sólidos de comercio y cooperación, más fiables que los que teníamos antes», explicó una fuente a The Guardian.
Pero la decisión de resucitar acuerdos destruidos por el Brexit beneficia a Reino Unido más allá del comercio y la cooperación: participar en programas como Horizon y Copernicus (o cancelar el impuesto adicional sobre los coches eléctricos) aporta más oportunidades laborales a sus ciudadanos, y atrae a extranjeros con potencial.
«Participamos en programas científicos de la Unión Europea solo si benefician a los contribuyentes y científicos del Reino Unido. Este programa brindará a las empresas y las instituciones de investigación del Reino Unido oportunidades inigualables para liderar el desarrollo global de nuevas tecnologías, nos permitirá atraer el mejor talento mundial, y facilitará la colaboración internacional con otros científicos en la Unión Europea y en todo el mundo», afirmó un representante de la Representación Permanente del Reino Unido ante la Unión Europea.
Y agregó: «Junto con Copérnico, este acuerdo está diseñado para crear y respaldar miles de empleos nuevos como parte de la próxima generación de talento en investigación. Ayudará a cumplir la promesa del primer ministro de impulsar el crecimiento económico y consolidar al Reino Unido como una superpotencia en ciencia y tecnología para el año 2030».
Con todo, el acuerdo de Copernicus y de Horizon es una luz en el horizonte de las relaciones euro-británicas –algo que los países de la Unión Europea desean–. El pasado mes de mayo, varias capitales europeas afirmaron querer reiniciar sus vínculos con Reino Unido, siete años después de que votaran ‘si’ al Brexit.
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