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07 de mayo de 2024

El expresidente José maría Aznar durante su intervención en FAES

El expresidente José maría Aznar durante su intervención en FAESFAES

Aznar se cuestiona «hasta qué punto ha habido intervención rusa en el intento de secesión de Cataluña»

Para el expresidente del gobierno las guerras de Ucrania y Gaza «son lo mismo» y apunta a un mismo origen: Rusia e Irán

El expresidente del gobierno español, José María Aznar, reflexionó en la Fundación FAES sobre «la guerra de Ucrania y su relación con la crisis en Oriente Medio» y afirmó que «es absolutamente esencial que Israel gane esta guerra y la termine bien».
Aznar se preguntó: «¿Qué tiene que ver la guerra de Ucrania con lo que está sucediendo en Gaza? Lo voy a simplificar: es que es lo mismo. Desde el punto de vista estratégico es lo mismo, y por eso hay que tratarlo conjuntamente».
«Ganarla y terminarla bien», continuó, «no es solo acabar con Hamás, es garantizarse las condiciones de seguridad para el futuro y avanzar en los procesos de seguridad regional. Pero tiene que ganar».
«Si Israel no ganase esta guerra», advirtió, «la próxima guerra será en las fronteras más próximas a Europa, y dentro de las fronteras más próximas de Europa, en las fronteras más débiles que tiene Europa».
Aznar afirmó que en el origen de ambos conflictos, el ucraniano y el palestino, se encuentran los mismos promotores: Rusia e Irán.
«Rusia, China, Irán, Corea del Norte desafían el orden internacional y las democracias», afirmó.
«Las autocracias están conectadas entre sí, actúan conjuntamente. Todo lo que está ocurriendo en Gaza está beneficiando a Rusia, está beneficiando a China, está beneficiando a Irán», aseguró.
«Irán es protagonista de lo que ocurre en Gaza, Irán es uno de los primeros suministradores de armas para Rusia, Rusia continúa con su escalada amenazante, no solamente respecto a Ucrania, sino también a otros vecinos europeos, aunque sean miembros de la OTAN, China mira cada vez más atentamente y hace movimientos».
En Oriente Medio, «todos los caminos conducen al mismo sitio: Irán. Usted habla Hamás, Irán; habla de Yemen, Irán; habla de Hezbolá y Líbano, Irán; habla de las milicias en Irak, Irán; habla de las milicias en Siria, Irán. Además, en Siria está Rusia. Además, los saudíes se sienten amenazados… Todo conduce a Irán».
No obstante, se mostró esperanzado sobre el futuro: «Cada vez que las autocracias han desafiado a las democracias, han ganado las democracias. Otra cosa distinta es el precio de esas victorias, que es lo que, en este momento, a estas alturas del siglo XXI está abierto».
José María Aznar insistió en el que las autarquías han puesto en su objetivo a las democracias y han encontrado en la revolución tecnológica un aliado para doblegarlas.
«Dicho esto, las consecuencias políticas, económicas y sociales de la revolución tecnológica golpean más a las democracias que a las autocracias. Las autocracias las cogen, las dominan, las aplastan y las controlan. Las democracias, como sociedades libres, ni pueden, ni deben, ni tienen que hacer eso», explicó.
Las democracias «son un sistema frágil» y «están sujetas a una crisis muy grande», advirtió, y «las autocracias juegan a fomentar la debilidad de las democracias».
«En unas partes», señaló, «es una crisis de desencanto. En otras partes es desarraigo hacia las instituciones democráticas. En otras partes es la experiencia de la inseguridad y la corrupción…, pero en líneas generales todas las democracias plantean las mismas características: la fragmentación de las sociedades y la confrontación brutal entre sociedades. Eso, en mi opinión, es en gran medida consecuencia de la revolución tecnológica».
Las autocracias han tratado de explotar esas fragilidades de las democracias interviniendo en los procesos políticos, principalmente, mediante estrategias de desinformación.
«Una de las cosas de actualidad en España, por ejemplo, es hasta qué punto ha habido intervención rusa en el intento de secesión de Cataluña», añadió.
«Sabemos que el problema de nuestras sociedades no es tanto la información como la desinformación. No es tanto el aluvión de información que recibe la gente, sino la capacidad de manipulación y desinformación que sufre la gente».
Para Aznar, «la desinformación también es un arma de guerra, y es un arma de guerra cada vez más precisa. La desinformación es un instrumento de desestabilización de sociedades absolutamente prioritario, y prioritario militarmente».
En esa defensa de las democracias frente a los envites de las autocracias, la capacidad disuasoria de Estados Unidos y el orden mundial establecido por los vencedores de la Segunda Guerra Mundial en 1945, y tras la caída de la Unión Soviética en 1991, es esencial.
«Ayer», puso como ejemplo Aznar, «un grupo próximo a Irán atacó una avanzada norteamericana, mató a tres norteamericanos, hirió a 25 soldados. Ha habido 150 ataques de grupos próximos a Irán a instalaciones norteamericanas en Oriente Medio. Más lo que estamos viendo hoy en el mar Rojo».
Esos hechos muestran que «la fiabilidad de la disuasión norteamericana es cada vez menor y, por lo tanto, cada vez el desafío (de las autocracias) es mayor».
Otro ejemplo: «La invasión de Ucrania es una decisión de Putin. Putin fracasa en su planteamiento inicial, que es tomar rápidamente Ucrania. Pero Estados Unidos fracasa en disuadir a Putin de invadir. La retirada de Kabul fue un mensaje clarísimo de cómo iban las cosas».
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