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Clara Marman, argentina-israelí secuestrada por Hamás y liberada tras 53 días de cautiverio en GazaDaniela Brik

Testimonio del cautiverio en Gaza

Clara Marman, rehén de Hamás durante 53 días: «La única noción del tiempo eran las llamadas al rezo de la mezquita»

La mujer de origen argentino describe aquel fatídico 7 de octubre, cuando fue extraída por los terroristas de su entonces hogar en el kibutz Nir Yitzhak, situado a poco más de tres kilómetros y medio de Gaza

El rostro de agotamiento de Clara Marman, de 63 años, originaria de Argentina, secuestrada y liberada por Hamás después de 53 días de cautiverio en la Franja de Gaza lo dice todo. Pero el suyo no es mero cansancio físico por las agotadoras horas de entrevistas con similares preguntas, sino del alma. En la Franja palestina siguen como rehenes su hermano Fernando Marman y su pareja, Luis Har, y reconoce que hasta que no sean liberados no se permitirá centrarse en su propia recuperación. Entretanto, se ha sumado a la lucha de sus hijas por hacer llegar las voces silenciadas en las mazmorras y las de los familiares de los capturados en todas aquellas capitales donde quieran escucharlas para pedir su liberación, lo que le permite seguir adelante.

Junto a su hija Maayán describe con un hilo de voz algunas de las vicisitudes que vivió hace cuatro meses, aquel fatídico 7 de octubre, cuando fue extraída por los terroristas de su entonces hogar en el kibutz Nir Yitzhak, situado a poco más de tres kilómetros y medio de Gaza. La noche anterior había invitado a varios miembros de la familia a una cena que ponía fin a la festividad judía de Sucot (Tabernáculos).

Con un castellano desgastado tras décadas de residir en Israel, Clara Marman explica con una tranquilidad sobrecogedora cómo en apenas unas horas aquella idílica utopía agrícola donde se labró la vida se convirtió en un tenebroso escenario distópico.

«Me refugié en mi casa en la habitación de seguridad, el lugar que pensaba que era el más seguro y donde más protegida me tendría que haber sentido. Estaba junto con todos mis seres queridos. Había invitado a mi familia, somos tres hermanos: mi hermana Gabriela Marman y mi hermano Fernando Marman, mi sobrina Mía (Leimberg, 17 años) que también estuvo con su perrita y forma parte de la familia. También mi pareja, Luis», relata.

La falta de rastros de sangre o signos de violencia en la vivienda llevó al Ejército israelí a concluir que Clara, junto a los cuatro miembros de la familia, había sido secuestrada por Hamás.

Clara Marman, argentina-israelí secuestrada por Hamás y liberada tras 53 días de cautiverio en GazaDaniela Brik

Clara es parca en palabras cuando se refiere a las condiciones en las que transcurrió su cautiverio en Gaza, en parte por los escasos datos sensibles que están saliendo a la luz de boca de los liberados por motivos de seguridad, pero también es imaginable que poner palabras a la absoluta deshumanización debe ser una tarea ardua.

«Estuvimos secuestradas durante 53 días terribles», exhala al referirse a los días y sus noches que pasó junto a su hermana y sobrina, las tres mujeres liberadas a finales de noviembre como parte de un acuerdo entre Israel y Hamás alcanzado con la mediación internacional.

Sin noción del tiempo

«No teníamos noción del tiempo, la única noción eran los cinco rezos de la mezquita (a los que llamaba) el muecín. Con ello, sabía más o menos cuándo era el amanecer, cuándo termina el día, solo por las oraciones», rememora con tono melancólico sobre las largas horas soterrada en Gaza, durante un evento celebrado en la sede de la Comunidad Judía de Madrid.

«Sé lo que es estar sin libertad. Horroroso, no saber si se come, cuándo se come, no saber si nos van a matar, si van a caer bombas sobre nosotros. Los bombardeos eran de la Franja de Gaza a Israel y de Israel a la Franja de Gaza», prosigue su testimonio en el que también dio pinceladas acerca del perfil de sus captores.

Según reveló, los secuestradores les transmitieron que al haber llegado los cinco miembros de la familia juntos, serían liberados todos en bloque. No obstante, en el curso de las negociaciones les comunicaron que únicamente las mujeres y niños serían puestos en libertad.

Cuando llegó el momento de separarse de su hermano y su pareja, Clara se opuso: «Dijimos que preferíamos quedarnos para salir todos juntos», algo que el destino impidió. Las mujeres retornaron a Israel bajo el argumento dado por sus captores de que los hombres no tardarían en ser liberados. «O sea, que nos trataban de aliviar el dolor diciendo que en un par de días también Fernando y Luis iban a salir y nos íbamos a encontrar fuera».

Una lucha que no acaba

Pese al cansancio, Clara Merman accede a describir a El Debate sus impresiones acerca de un proceso que no ha podido cerrar tras su liberación.

¿Qué se le pasa por la cabeza cuando ve que Israel y Hamás están negociando y cómo vive estos momentos acordándose de lo que ha atravesado?

–En este momento un poquito más esperanzada. Me liberaron el 28 de noviembre y hubo dos meses que estaba totalmente estancado todo el proceso. Ahora empieza a haber un poco de movimiento en las negociaciones pero hay altibajos, no es fácil. Por lo menos, tengo un poquito de esperanza de que lo puedan lograr. Lo más importante es liberar vivos y salvos a los 136 rehenes, una cantidad impresionante.

De izquierda a derecha: Clara Marman junto a su hija Maayán, y Amir El-Atrash y Salem El-Atrash, hermanos de Muhammad El-Atrash, rehén de HamásDaniela Brik

¿Cómo puede expresar el hecho de estar en este grupo (de familiares de secuestrados) después de lo que vivió en Gaza?

–Muy emocionada. No es fácil, pero nos recibieron muy bien en Madrid. Nos hemos encontrado con el presidente, Pedro Sánchez, con el Rey Felipe VI, también con el presidente del Senado. Prometieron tratar de influir para pedir el regreso de todos los secuestrados y esfuerzos para que la comunidad internacional y los países libres impidan que este terrible hecho vuelva a ocurrir.

Si pudiera transmitirles algo con el pensamiento a aquellos compañeros de cautiverio que estuvieron con usted, ¿qué les diría en estos momentos?

–Que sean fuertes, yo pude volver y me recibieron muy bien. Ellos seguramente no saben cuánto estamos luchando para que los liberen pero se hace todo lo posible. Que no pierdan en ningún momento la esperanza de saber que pueden ser liberados.