La batalla contra el régimen que se libra en Venezuela: una crónica necesaria
La perseverancia en la lucha es, sin dudas, la causa principal de la primera reacción pública de la Corte Penal Internacional
Existen demasiadas referencias a la lucha cotidiana y sin cuartel que la gente común en Venezuela viene librando contra el régimen, en las condiciones más adversas, guiada por el liderazgo emergido de las Elecciones Primarias de la oposición, en octubre del 2023, y que deberían ser puestas en evidencia debido a que los medios las suelen invisibilizar o las presentan como acciones aisladas u ocasionales.
Los venezolanos están haciendo todo lo que debe y puede hacer, que es mucho dadas las circunstancias; así que la batalla a favor de la democracia no solo se está desarrollando en el ámbito internacional.
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Además, históricamente, las fuerzas militares no actúan contra un gobierno si no perciben que su acción cuenta con el apoyo del pueblo; de modo que ese es un factor clave sin el cual, nadie, ni Trump ni la comunidad internacional, podría hacer algo a nuestro favor, como no lo hicieron antes, por la ausencia de un liderazgo opositor confiable y de un pueblo dispuesto a la lucha hasta el final.
Las cosas cambiaron y, desde hace dos años, la gente comenzó a construir un magnífico movimiento popular incluyente y poderoso que condujo, además de la elección de un candidato opositor, a la conformación de un liderazgo unido, honesto y estratégicamente claro, y luego, al más importante triunfo electoral de la historia contemporánea del país, con María Corina Machado (MCM) y Edmundo González Urrutia (EGU) a la cabeza.
La ignominia del desconocimiento de la voluntad del soberano el 28 de julio, violando la constitución, las leyes y todo fundamento moral y ético, acrecentó las ansias libertarias y disparó la lucha que hoy continúa.
A pesar de la represión y el miedo, la modalidad de protesta ciudadana apodada por MCM «la estrategia del enjambre», sigue funcionando
A partir de allí y durante todo el mes de agosto, la indignación popular escaló y se produjeron más de 200 manifestaciones en el país, la mayoría en barrios marginados, que dejaron un saldo represivo de 1.500 detenidos, cientos de heridos y 20 fallecidos por disparos de la Policía y la Guardia nacional.
Aun así, la lucha no se detuvo; se produjeron encuentros multitudinarios en Caracas, los días 2, 17 y 28 de agosto, replicadas en todos los estados del país, y varias concentraciones ante las sedes de organismos multinacionales.
Simultáneamente, hubo concentraciones en más de 500 ciudades del mundo protagonizadas por los venezolanos migrantes, en lo que MCM denominó la «Gran Protesta Mundial por la Verdad».
El 8 de septiembre el presidente electo se vio forzado, por presiones, coacciones y amenazas del régimen, mediadas por Rodríguez Zapatero y con la complicidad del embajador de España, a abandonar Venezuela.
Al respecto, MCM afirmó que la lucha por la libertad no terminaba con la partida de EGU, y aseguró que se quedaría en Venezuela para luchar junto a su pueblo, pasando a la clandestinidad, tal como lo ha hecho.
Mientras tanto, organizaciones defensoras de los derechos humanos, como PROVEA, el Foro Penal y muchas otras, continúan la documentación de las violaciones y de los crímenes de lesa humanidad que se siguen cometiendo, para engrosar el voluminoso expediente sobre el régimen, que «duerme el sueño de los justos» en la Corte Penal Internacional.
Desde septiembre hasta la fecha, se han producido numerosas acciones auto organizadas (más de 258 documentadas en apenas dos meses) que incluyen protestas, denuncias y reclamos constantes de diversa índole.
Las más importantes son: las protestas y vigilias permanentes frente a las cárceles, protagonizadas por familiares de presos políticos y particularmente por las madres de los menores de edad detenidos; los reclamos de los maestros y profesores por las precarias condiciones de trabajo y los bajos salarios; las protestas de trabajadores del sistema de salud, de empleados públicos y de sindicalistas por las agresiones a las que son sometidos en sus sitios de trabajo y por los salarios de hambre; las denuncias diarias de los trabajadores pensionados que reclaman el pago de sus prestaciones sociales y la miseria de sus pensiones; y, finalmente, las acciones legales introducidas por cientos de personalidades, organizaciones políticas y líderes populares ante el TSJ solicitando la derogatoria de sus decisiones, y la libertad para los presos políticos.
Es importante decir que esto ocurre en medio de una situación de bloqueo comunicacional de unos 100 diarios y portales de noticias, así como la restricción del acceso a las redes sociales, frente a lo cual la gente se organiza, se pasa la voz y se las ingenia para acceder, continuar informados y seguir luchando por la libertad, y contra los empresarios y políticos cínicos que promueven narrativas a favor de «pasar la página» y de una normalización criminal.
Así que, a pesar de la represión y el miedo, la modalidad de protesta ciudadana apodada por MCM «la estrategia del enjambre», sigue funcionando y trabaja de manera ágil, súper dinámica, descentralizada, a través de las redes sociales y de la comunicación directa boca a boca, coordinadamente y con astucia, tal como se manifestó este 1 de diciembre, en la protesta masiva por la libertad de los presos políticos y del país, en más de 400 ciudades de Venezuela, América y el mundo
La perseverancia en la lucha es, sin dudas, la causa principal de la primera reacción pública de la Corte Penal Internacional, este 2 de diciembre, exigiendo la libertad de los niños presos y advirtiendo al gobierno sobre las consecuencias.
Esta lucha cotidiana y entusiasta ha sido, además, clave para consolidar a lo interno el mayor rechazo popular que gobierno alguno ha tenido, y para mantener cohesionado un contingente de millones de venezolanos conscientes luchando, día a día, creando así las condiciones necesarias para la transición democrática y la libertad.