Los presidentes Lula da Silva de Brasil y Donald Trump de EE.UU. y el expresidente brasileño Jair Bolsonaro
El juicio por supuesto golpismo contra Bolsonaro entra en la recta final y podría descarrilar la relación Brasil-EE.UU.
El juicio por supuestamente liderar un Golpe de Estado comenzó en junio pasado en la Corte Suprema y dictará sentencia entre esta semana y el día 12
El expresidente brasileño Jair Bolsonaro conocerá en los próximos días el veredicto de la Suprema Corte de Brasil en un caso que ha calificado de cacería de brujas y en el que se se acusa de liderar un «golpe de Estado» contra el Gobierno entrante de Luiz Inácio Lula da Silva el 1 de enero de 2023.
El único caso en el que está formalmente acusado, de varios otros en los que está siendo investigado, entra en su recta final y como máximo el 12 de septiembre conocerá la sentencia que podría incluir una condena de hasta 40 años de cárcel por los delitos de golpe de Estado, tentativa de abolición violenta del Estado democrático de derecho, organización criminal, daño contra el patrimonio público y deterioro de patrimonio protegido.
La Fiscalía acusa a Bolsonaro de haber orquestado un intento de golpe de Estado después de perder las elecciones de 2022, que incluía planes para asesinar al ahora presidente da Silva, y al magistrado del Supremo Alexandre de Moraes. El golpe no se habría materializado, según la Fiscalía, por falta de apoyo por parte de varios comandantes militares.
Desde el 4 de agosto, Bolsonaro se encuentra en prisión domiciliaria y ya en febrero de 2024 tuvo que entregar su pasaporte a las autoridades para evitar posibles intentos de fuga.
«Bolsonaro ya está condenado», es «una persecución política vergonzosa», dice a la Afp su aliado y amigo, el influyente pastor evangélico Silas Malafaia.
Algunos de sus colaboradores como Malafaia confían en la aprobación de una ley de amnistía en el Congreso, donde la derecha es mayoría: «Existe una cosa llamada amnistía que derribará todo eso».
Si es condenado, «la presión por la amnistía continuará aumentando», señaló a Afp bajo anonimato un colaborador del campo bolsonarista en el Congreso. El escenario de una condena y un posible amnistía tiene lugar a un año de las presidenciales brasileñas y bajo la presión de la administración del presidente Donald Trump por apoyar a su aliado brasileño.
Los aranceles adicionales impuestos por Trump debido a un juicio arbitrario que Washington considera está en desarrollo contra el expresidente brasileño ha generado grietas en la oposición, sobre todo por la impopularidad que generan aranceles del 50 % a la exportación a productos brasileños.
Las sanciones del Departamento de Estado de EE.UU. contra Moraes, el juez de la causa, y el ministro de Justicia de Lula, pero sobre todo los aranceles han beneficiado en buena parte al gobernante izquierdista quien ha aprovechado para mostrarse defensor de la soberanía brasileña frente al «tarifazo» de Trump.
Mientras tanto, el hijo del exmandatario y también diputado brasileño Eduardo Bolsonaro avisó el lunes que prevé que Trump, imponga nuevas sanciones contra Brasil si su padre es condenado.
El parlamentario, quien lleva meses en Estados Unidos denunciando una supuesta persecución judicial contra su padre, dijo en entrevista con el periodista Claudio Dantas que cree «muy probable» que el líder estadounidense «avance» en las sanciones y empiece a usar «otros instrumentos».
«Trump todavía no puso en marcha, ni de cerca, todos los mecanismos a su disposición para presionar a Brasil», declaró el diputado, quien está siendo investigado por la Policía brasileña por un intento de obstrucción de justicia en razón de sus maniobras para frenar el juicio.
Trump no va a dar marcha atrás sin un avance del lado brasileñoDiputado brasileño e hijo del expresidente Jair Bolsonaro
La incertidumbre en la derecha brasileña recuerdan las de la izquierda en 2018 cuando Lula era favorito en las elecciones e intentó hasta el final ser candidato a pesar de estar condenado por corrupción y encarcelado. Finalmente tiró la toalla y Bolsonaro fue electo ese año.
Sin embargo, en 2019 el izquierdista salió de prisión tras la anulación de sus condenas. Y ganó las últimas presidenciales. «En Brasil todo puede suceder», apunta una fuente parlamentaria bolsonarista.