Antonio Guedes, médico y escritor cubano
Antonio Guedes, médico cubano: «Es falso que la revolución comunista convirtiera a Cuba en una potencia médica»
Denuncia que las brigadas médicas cubanas son un esquema de explotación laboral, propaganda y espionaje y advierte «si no se entiende eso, no se entiende nada»
Antonio Guedes originario de Matanzas, Cuba, llegó a España la Nochebuena del año 1981 con su esposa embarazada de cinco meses y una hija de cinco años y tras convalidar parte de sus estudios y terminar su carrera empezó a ejercer la medicina como médico de familia y posteriormente como director de un centro de salud de Orcasur, en Madrid, durante casi 30 años.
Guedes recordó, en entrevista con El Debate, que estando en Cuba lo expulsaron de la carrera de medicina cuando cursaba el cuarto año «por ser católico y no ser marxista» y que su padre le consoló con un mensaje clave: «Te dieron un título porque a ti no te expulsaron ni por razones morales ni académicas, sino por tus principios, tu compromiso y tu convicción».
«Por un lado, frustran una carrera» admite Guedes «pero por otro, me sirvió como acicate, como fortaleza moral para luchar y, por supuesto, conocer aún más la realidad de un sistema intrínsecamente perverso como lo es el sistema comunista», realidad que ahora retrata en su obra Del dicho al hecho: La leyenda de la sanidad en Cuba 1902-2024 y que estará presentando este martes 9 a las 19:30 en la sede de Pie en Pared en calle Marqués de Cubas 23.
–¿Cómo el régimen cubano ha construido esta mentira de ser una potencia médica?
–Una de las características de los regímenes totalitarios y comunistas es la propaganda y en eso sí son bastante eficaces, hay que reconocerlo.
El Gobierno cubano siempre ha propagado al mundo entero y se ha repetido ese mantra, esa leyenda, ese mito de que Cuba después de 1959, es una potencia médica. Eso es falso, Nunca lo fue. Aún en los mejores momentos, los años 70 y 80, cuando recibía la ayuda de la extinta Unión Soviética y de sus países satélites, aún en esa época no llegó a ser una potencia médica, pero eso había que demostrarlo con datos objetivos, no con opiniones por eso este libro está basado en esos datos objetivos publicados por ellos mismos, por organismos internacionales y no basado en mi opinión.
–Pero los organismos internacionales avalan esta mentira ¿Porqué lo hacen?
–Los organismos internacionales aceptan toda la información que dan por buena, la repiten, la multiplican. Entonces eso le da aún más importancia y potencia la imagen positiva que ellos tratan de dar, porque está avalado aparentemente por organismos internacionales que a su vez están basado en los datos que ellos [el régimen] les dan.
Previa a la Revolución, Cuba tenía una situación muy superior a la de Centroamérica y el Caribe y estaba entre los países de Iberoamérica, junto con Uruguay, Argentina e incluso en algunos parámetros superiores a España, Portugal, Italia, Alemania Federal de los años 50 del siglo XX.
Si no se tiene en cuenta eso, no se entienden algunos datos. De eso se alimentó la Revolución en las primeras dos décadas. Es decir, se alimentó a los profesionales, de las infraestructuras que existía, que no era cualquiera y que, repito, ha sido silenciada y manipulada por ellos, para dar a entender que ellos han logrado unos éxito que ya Cuba tenía en gran medida.
Antonio Guedes, médico y escritor cubano en la redacción de El Debate
–¿Qué rol jugó en esa época la extinta Unión Soviética?
–Aparte de la herencia de pasado también se beneficiaron de la subvención que recibieron de la antigua Unión Soviética y de los países del llamado bloque socialista de los países del Este durante 30 años a través de Mercado Común de los países comunistas.
Cuba recibió más de 100 mil millones de dólares netos según el estudio hecho por Nina Zarina, una historiadora, economista y académica rusa muy sólida que tiene muchas publicaciones. Para hacernos una idea esa cifra es alrededor ocho veces la cantidad de dinero que recibió toda Europa para la reconstrucción después de la Segunda Guerra Mundial con el llamado Plan Marshall.
Luego, con la caída del Muro de Berlín recibieron ayuda de Chávez aunque mucho menos que lo que recibieron de los países del Este. Entonces, entre esos dos factores lograron más o menos mantener ciertos parámetros sanitarios positivos. Pero además, hay que añadir, ocultando muchas cosas negativas de los años 70, 80 y manipulando sus estadísticas para mejorar las estadísticas.
Con el fin de la ayuda venezolana se han visto las verdaderas cicatrices de ese régimen y se ha caído la máscara
Entre la manipulación de las cifras, el ocultamiento de los aspectos negativos de su sanidad, la herencia del pasado y el soporte de las subvenciones soviéticas y venezolanas lograron durante una etapa presentar algo positivo.
–¿Cómo usan el argumento del bloqueo o el embargo de EE.UU. para justificar su fracaso?
–En términos propios no existe tal bloqueo. Cuba tuvo un bloqueo unas semanas cuando la Crisis de los Misiles en los años 60. Jamás ha estado bloqueada. Cuba tiene comercio con más de 100 países del mundo, entre ellos España, que tiene inversiones como cadenas de hoteles. ¿Cómo un país bloqueado, va a tener inversiones?.
Cuba tiene comercio con más de 100 países del mundo, entre ellos España, que tiene inversiones como cadenas de hoteles
Cuba tiene deuda en el Club de París. Si tiene deudas es porque compra, no es un problema de bloqueo. Cuba puede comprar, por ejemplo en el caso de las medicinas, a India, China.
En todo caso sería un embargo porque según una de las leyes del Congreso norteamericano que aprobaron hace décadas Cuba no se le puede dar ayudas financieras o préstamos de bancos americanos, pero con el resto del mundo Cuba puede comerciar incluso con compras directas a Estados Unidos como productos agrícolas, de alimentación y medicinas.
Antonio Guedes, médico y escritor cubano con su última obra sobre el mito de la sanidad cubana
–Me llama la atención la analogía que haces en el libro entre Cuba y Taiwán ¿Cómo se aplica al tema sanitario?
–Cuando hablan de bloqueo yo cito el ejemplo de una isla que está en las antípodas de Cuba. Esa isla ha sido bloqueada, ha sido embargada durante décadas por una potencia, una superpotencia que se llama China. En los años 40 y 50, Taiwán era una isla que tenía el 60 % de su población analfabeta. Cuba tenía el 80 % alfabetizado. Taiwán tenía cuatro veces menos per cápita que los cubanos en los años 50. Hoy Taiwán tiene más de cuatro veces el capital cubano. Hoy Taiwán tiene a toda su población alfabetizada y tiene un servicio sanitario con una sanidad muy superior a la de Cuba a pesar que ha tenido que gastar tantos millones en armamento de China y comercia con muy pocos países.
El régimen cubano es un fracaso económico y eso mismo vemos en Corea del Norte y la diferencia entre las dos Alemanias. Occidente es el mejor ejemplo de cómo ese sistema es un fracaso, pero mucha gente no lo ve debido a la propaganda y en la penetración de la inteligencia.
–¿A qué te refieres con inteligencia?
–Cuba tiene una escuela para estudiantes de medicina extranjeros donde dan becas a estudiantes de Nicaragua, de Venezuela, de cualquier país. Ese estudiante va a esas escuelas. No solo hay adoctrinamiento sino que el régimen estudia cada caso identificando el talón de Aquiles de cada uno: debilidad de tipo sexual, de tipo económico, doblez de vida, qué sé yo, debilidad ideológica, simpatía. Parece algo de ficción, pero es así.
Los estudiantes extranjeros que se gradúan en Cuba, una vez que regresan a sus países, trabajan para el régimen
Aquellos que tienen simpatía ideológica son captados y los que no chantajeados. Pueden haber algunos que no entren en este esquema, pero generalmente es así. Luego estos estudiantes terminan la carrera y van a sus países, ocupan distintos cargos en la academia, en universidades o en ministerios. Esta gente que ocupa esos puestos, en un momento dado, bien por agradecimiento o bien por chantaje, trabajan para Cuba de alguna manera.
Cuba, sobre todo los últimos 25 o 30 años, se han dedicado a fabricar sanitarios como si fueran sacos de azúcar. La calidad formativa de los médicos en Cuba ha bajado enormemente porque han hecho fábricas como si fueran churros en cada provincia de Cuba. Es un disparate absoluto. ¿Para qué? Para exportar esos médicos.
–¿Es un tipo de semillero de espías y a la vez una forma de negocio?
–Usted es un español, un italiano, un nicaragüense y dice Cuba es una potencia médica muy solidaria, qué bueno son los cubanos que están exportando médicos, pero no se imaginan la carencia enorme de médicos que hay en Cuba mientras esos médicos que son exportados pierden el 80 % del sueldo porque se los queda el Estado cubano.
Es un sistema que no se entiende si no se vive y no se sabe que es así porque entra en el ADN de las personas
Por ejemplo, dos regiones del sur de Italia que tienen contrato con empresas estatales del régimen y se quedan con el 80 % del sueldo y el otro 20 % si acaso le llegan médico.
En otros países, como ha pasado en Jamaica el Gobierno de ese país pide pagar directamente a los médicos., pero una vez reciben el dinero el Estado cubano le exige hacer una transferencia del 80 % y el médico se lo tiene que dar sufriendo una explotación laboral que al mismo tiempo le sirve de imagen al régimen porque la gente no ve eso ni le interesa verlo.
Otro objetivo muy importante detrás de las brigadas médicas es robar información por todos los medios posibles no necesariamente para uso propio sino que la vende a Irán, a China, a Rusia. Ellos viven de eso.