Los peligros en la ilusión
Han atentado contra Trump, contra Villavicencio, contra Fico, contra Babis, contra Kirk, contra Uribe, contra Bolsonaro. Solo en Alemania, el 95 % de las agresiones a políticos tienen como víctimas a los llamados ultras de la Alternativa por Alemania
Quien haya seguido los medios españoles, las televisiones, las radios y los periódicos tras el asesinado del líder juvenil conservador Charlie Kirk, habrá recordado como se calumniaba a las víctimas de ETA después de ser abatidas por los pistoleros del terror. Algunos quizás no recuerden aquellas víctimas que mataban esos terroristas que hoy gozan de libertad, respeto cuando no admiración del vecindario y muchas veces sueldos del erario como políticos o funcionarios mimados.
Después se encargaban otros de insultar y desacreditar al muerto no fuera nadie a atreverse a defenderlo y condenar el asesinato. Desde el miércoles por la noche hemos vuelto a ver aquello que hacía ETA con los rumores sobre las víctimas, difundidos por sus organizaciones, su periódico Egin y sus pancartas y panfletos, todo orquestado por quienes hoy son socios, aliados y colaboradores estrechos del jefe del gobierno. ETA es parte del gobierno en todos los sentidos. Es el más fiel aliado de Sánchez. pero además ha impuesto su forma de tratar al discrepante en todos los medios que el gobierno controla que son casi todos.
Pero ahora lo vemos y oímos en casi todos los medios del país, todos los obedientes por dependientes del gobierno, públicos y privados. De repente nos damos cuenta de que con pocas excepciones una inmensa mayoría de medios españoles hoy son como era EGIN antaño, medios decididos a defender lo que jamás se había defendido desde medios considerados civilizados, que una víctima es tan despreciable que acaba siendo presentada como merecedora y culpable de su propia muerte.
Esta claro que si la izquierda llega a la conclusión de que tiene que volver a matar en España porque se le están torciendo las cosas y nos mata a uno, a tres o a diez de los considerados ultras o fascistas por el aparato del gobierno socialista, seremos debidamente calumniados y criminalizaos hasta llevar al menos a partes de la sociedad a sentir alivio de que hayamos desaparecido.
Para que la población llegue a la conclusión esencial que buscan: que la situación política, llámenlo penuria, miseria, abusos, crispación, amenaza ultraderechista o polarización, mejora con la desaparición de ciertos protagonistas. Es la pequeña tragedia que trae mucho alivio. Es una pena que muera pero nos trae mucha paz que le pase.
Al fin y al cabo de eso se trata como nos han dicho estos días TVE, la SER y tantos otros: es una pena que haya que alguien recurra a esos métodos pero la víctima había hecho todo para merecer que fuera ella y no otro. Y por supuesto lamentando la violencia, la vida continúa y será mejor sin gente que sea ultraderechista, fascista, misógina, tránsfoba, sionista, homófoba o supremacista blanca.
Hay que irse a la prensa comunista y nacionalsocialista del pasado para ver esta clara voluntad de explicar, justificar y legitimar la aniquilación, la muerte del adversarios políticos. En España ya parece normalizado. No solo en España. En EEUU vemos reacciones abominables de celebración y hasta entusiasmo por la muerte de un hombre al que se ha caricaturizado hasta unos límites inverosímiles.
Los que odian a Kirk y no conocen a Kirk odian a alguien que no tiene nada que ver con el Kirk que acaban de asesinar. Pero en todo caso están contentos porque ha muerto. El mundo está ante un cambio de era que produce vértigo en muchos. Sobre todo en quienes han controlado los últimos 70 años de discurso, poder y privilegios. Sabemos que quienes tienen miedo a perder lo que creían mantendrían para siempre son capaces de todo. Muchos de ellos, nuestro jefe de gobierno incluido, aunque solo sea para escapar a la cárcel por los crímenes cometidos por su banda.
Por eso debemos partir de la certeza de que, con la esperanza del cambio profundo para que los españoles y todas las naciones occidentales recuperen sus derechos, su libertad y su ilusionismo, llega un peligro inminente de una izquierda que creía que no necesitaba matar demasiado en España y ahora puede que se lo replantee a la vista de esos expectativas.
No solo será aquí. Han atentado contra Trump, contra Villavicencio, contra Fico, contra Babis, contra Kirk, contra Uribe, contra Bolsonaro. Solo en Alemania, el 95 % de las agresiones a políticos tienen como víctimas a los llamados ultras de la Alternativa por Alemania. Los llaman extremistas y no agreden a nadie pero son más agredidos que nadie. La violencia política se ejerce hoy exclusivamente desde la izquierda.
Este cambio de era genera inmensas ilusiones pero nadie debe ocultar los riesgos que trae consigo porque aquellos que han matado para ganar en la política, ETA y PSOE en España como las FARC o los cárteles en toda América, van a querer volver a matar porque su discurso no cuaja, la juventud les huye, su fracaso es evidente y la izquierda ideológica sucumbe. Por eso hay que asumir que habrá en muchos sitios sangre.