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La ministra de Hacienda británica, Rachel Reeves (derecha), hablando en la Cámara de los Comunes

La ministra de Economía británica, Rachel Reeves (derecha), hablando en la Cámara de los ComunesAFP

Los laboristas incumplen su programa y aprueban una subida de impuestos para recaudar 30.000 millones de euros

La ministra de Economía reconoció que la congelación afectaría a los trabajadores

La ministra de Economía de Reino Unido, Rachel Reeves, presentó este miércoles ante el Parlamento su plan presupuestario para reducir el abultado déficit y la deuda del país. El plan se debatirá y votará ahora en la Cámara de los Comunes, donde el Partido Laborista tiene mayoría.

La solución que ha aprobado el Gobierno de Starmer, incumpliendo su programa electoral, es una subida de impuestos, aunque no el de la renta, con lo que prevén recaudar casi 30.000 millones de euros hasta 2029-30.

Reeves también anunció un aumento de los tipos impositivos sobre las rentas generadas por la propiedad, los ahorros y los dividendos, y confirmó un nuevo impuesto sobre las propiedades con un valor superior a 2, 28 millones de euros.

Además, se ampliará la tasa sobre las bebidas azucaradas y se impondrá una nueva sobre vehículos eléctricos a partir de 2028. También incrementará de un 21 a un 40 % el gravamen sobre los juegos por internet y de un 15 a un 25 % el de las apuestas digitales, al tiempo que gravará ciertas aportaciones a los planes de pensiones, con lo que podrá ingresar unos 5.360 millones de euros más.

La ministra de Economía, Rachel Reeves, posa con la caja roja del Presupuesto al salir del número 11 de Downing Street

Rachel Reeves posa con la caja roja del Presupuesto al salir del número 11 de Downing StreetAFP

El plan presupuestario de Starmer llega tras la subida del año pasado de 45 millones de euros en impuestos, tras la cual inicialmente se insistió en que no habría más aumentos antes de las próximas elecciones.

La propia ministra de Economía admitió que los trabajadores se verían afectados por su plan: «Reconozco que estoy pidiendo a la gente común que pague un poco más».

Las subidas han provocado una dura reacción de Kemi Badenoch, líder del partido conservador, así como peticiones de dimisión de uno de los diputados del partido laborista.

Badenoch calificó el paquete de medidas como «un presupuesto para la calle pagado por los trabajadores» y añadió que tanto Reeves como el Gobierno «han perdido la poca credibilidad que les quedaba, y nadie volverá a confiar en ella nunca más».

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