El canciller alemán Friedrich Merz (der.) y al enviado especial estadounidense Steve Witkoff (segunda por la izq.) mientras Jared Kushner (centro), y el presidente ucraniano Volodymyr Zelensky (segunda por la der.), se saludan
Zelenski, Witkoff y Kushner se reúnen durante cinco horas para hablar sobre el plan de paz de Trump
Ucrania está dispuesta a abandonar su solicitud de adhesión a la OTAN si hay garantías de seguridad
Las delegaciones de Ucrania y EE.UU., lideradas respectivamente por el presidente Volodímir Zelenski y por los emisarios de la Casa Blanca Steve Witkoff y Jared Kushner, terminaron este domingo por la noche su primera reunión en Berlín sobre el plan de paz que impulsa Washington, según informó el asesor de la oficina presidencial ucraniana Dmitró Litvin.
Las dos delegaciones estuvieron reunidas durante más de cinco horas en la Cancillería de Alemania y volverán a encontrarse este lunes por la mañana para continuar las conversaciones sobre el documento, según declaró Litvin a la agencia pública ucraniana, Ukrinform.
«Queremos una paz duradera en Ucrania. Nos enfrentamos a retos difíciles, pero estamos decididos a avanzar», escribió Merz en X, junto a un vídeo en el que se ve al canciller dando la bienvenida a Zelenski, Witkoff y Jared (yerno de Trump). «Los intereses ucranianos también son intereses europeos», concluyó Merz.
Antes de comenzar la reunión, Zelenski aseguró a la prensa en un chat de WhatsApp que está dispuesto a abandonar su solicitud de adhesión a la OTAN a cambio de garantías de seguridad de Estados Unidos y Europa. Una medida destinada a impulsar las conversaciones de paz y poner fin a la invasión de Rusia.
La conversación entre Zelenski y los enviados estadounidenses ha girado en torno a la idea de proteger a Ucrania con la piedra angular de la OTAN: todos los aliados acuden en ayuda de un socio atacado. Para Kiev, esta sigue siendo la garantía de seguridad más eficaz, siempre que se eliminen o limiten los amplios márgenes de discreción previstos en el plan ruso-estadounidense de 28 puntos, publicado el 20 de noviembre.
Un anexo a dicho documento establece que corresponderá al presidente de Estados Unidos, aunque tras consultas con Kiev y la OTAN, decidir cómo reaccionar ante un nuevo ataque ruso.
