Hace años los coches diésel lo lucían 'orgullosos' en su carrocería

Hace años los coches diésel lo lucían 'orgullosos' en su carrocería

Combustible

Por qué tu coche diésel huele a cadáver y deberías venderlo ahora que puedes

Los efectos colaterales de la electrificación pasan por la desaparición de los motores de combustión, y a día de hoy los diésel son los primeros de la lista

Justificado o no, hace ya años que los poderes fácticos del automóvil en Bruselas pusieron la cruz a los motores diésel. El lobby ecologista europeo encontró en el dieselgate de 2015, el caso de las emisiones contaminantes falseadas, la excusa perfecta para firmar la sentencia de muerte de los motores de gasóleo.
Algo difícil de creer entonces con unas ventas de coches diesel que en ese año superaban el 50 % del mercado, y en determinados países llegaban al 60 %.

Un 60 % de coches diésel

Con un parque diésel tan elevado era algo que se tenía que hacer de forma gradual, tal y como se ha producido. Casi una década durante la cual se ha ido ‘vendiendo’ a la electrificación como la solución al problema de la contaminación, sin tener en cuenta que el desarrollo de la infraestructura ha sido insignificante en relación con las necesidades reales.
Los poderes fácticos europeos pusieron la cruz a los coches diésel hace años

Los poderes fácticos europeos pusieron la cruz a los coches diésel hace años

Sin duda que los motores diésel son actores principales en el problema de la contaminación de la atmósfera y el efecto invernadero, pero ni mucho menos son los únicos. Se trata de un problema global que se está atajando de forma local y a un coste incalculable que va a asumir en gran parte los fabricantes europeos y con ello los consumidores finales de automóviles en el viejo continente.
De hecho, la subida de precios de los automóviles en general se justifica por las ingentes inversiones de los fabricantes en I+D para llevar a cabo el lanzamiento de versiones híbridas y eléctricas.

Europa ya no manda

Asistimos en paralelo y como consecuencia de la electrificación a una deslocalización del automóvil en el que Europa deja de mandar en el mundo y su tutelaje ha sido sustituido por la industria asiática y norteamericana (Tesla) del automóvil.
La prohibiciones a los diésel se multiplican ya en Europa

La prohibiciones a los diésel se multiplican ya en Europa

Nos guste o no, los motores diésel huelen a cadáver, puede que aún les quede una década por delante o incluso más. Pero van a ser unos años muy duros con limitaciones constantes a la circulación y con un precio del gasóleo que no para de subir.

El gasóleo disparado, la puntilla

Nadie a día de hoy, ni marcas ni entidades europeas, se atreve a sacar la cabeza en defensa de los motores de gasóleo. Pues sería traducido como una actitud retrógrada, contraria al cambio y muy impopular.
Los motores diésel han cargado ya con todas las culpas de un sector que adolece de muchos otros problemas de los que nadie se atreve a hablar, como de la escasez de materias primas para fabricar baterías, de quién se va hacer cargo de la electrificación de las carreteras, pues las propias eléctricas no ven en ello un negocio rentable, o de que va a ocurrir con el reciclaje de las baterías gastadas.
La diferencia de precio entre gasolina y diésel ha llegado para quedarse

La gasolina se estanca, pero el gasóleo no para de subir

Hace ya semanas que el precio del gasóleo está por encima del de la gasolina. Unos 20 céntimos ya, cuando la tradición marcaba que la gasolina fuera más cara. Básicamente, porque el gasóleo goza de beneficios fiscales que ni aún así le permiten reducir su precio. Otro 'puñal' en el costado de los coches de gasóleo.

Camino de los 3 euros/litro

En paralelo, estos días nos llega un mensaje muy negativo desde Repsol, en el que nos confirman que la situación europea de escasez energética ‘pinta’ un entorno muy negativo para le precio del gasóleo los próximos meses.
Pues se está usando de forma masiva en la industria europea como sustitutivo del gas, que escasea como consecuencia de la Guerra de Ucrania. La excusa perfecta para justificar un precio por litro que se dispara ya por encima de los 2 euros y que si nada ni nadie lo impide puede llegar hasta los 3 euros.
Nadie ha tenido valor por el momento para explorar el camino de los combustibles sintéticos y el de los nuevos procesos de catálisis de los gases contaminantes, con evoluciones del adblue y procesos químicos que pueden acercar las emisiones de los coches diésel a cero. Algo de lo que marcas como Renault hablaron hace años.
Toyota es líder del mercado gracias a su amplia experiencia en híbridos

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En este contexto no hace falta saber cuál va a ser el próximo paso, un mercado usado de coches diésel a la baja en el que su utilización va a ser considerada residual en unos años. Tal y como ya ocurre con los coches nuevos diésel, que los propios fabricantes han retirado de los concesionarios porque apenas se venden, con unas matriculaciones inferiores ya al 20 % del total.
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