Dorados, grasientos y recios; los mejores torreznos siempre en carretera

Dorados, grasientos y recios; los mejores torreznos siempre en carretera

Cultura de viajante

Cuando los mejores torreznos de España están al pie de la carretera

La calidad de estos bares y locales no se mide por el número de tenedores colgados en la puerta, sino por el número de palillos del suelo…

Si hay una profesión que ha sido de buen comer en este país ha sido la de los viajantes. Comerciales, camioneros, transportistas y chóferes en general que han hecho del buen comer una virtud. Pero un buen comer no a cualquier precio, sino un buen comer a precio de menú del día y muchas veces apoyados en la barra de un sencillo restaurante de carretera.
De esa cultura de carretera han nacido verdaderos templos gastronómicos de este país, junto con algunos platos que han alcanzado aquí, en la barra de un bar, su máxima expresión.

Más allá del cerdo

Es el caso de los torreznos, una simple comida de pastores que cocinaban en mitad del campo refriéndolos en su propia grasa y que aportaba energía para trasegar y pastorear de aquí para allá hasta que se echara la noche.
Torreznos en formación apilados como las vigas de una obra

Torreznos en formación apilados como las vigas de una obra

Hoy son el aperitivo por excelencia. Antes regalado, ahora cobrado y siempre apreciado por sus degustadores.
Uno de los pocos alimentos prohibidos por varios médicos simultáneamente; dentistas, cardiólogos y nutricionistas se empeñan en prohibir su consumo a cuantos pisan sus consultas. Pero da igual, hoy viven una segunda juventud y forman parte de la expresión castellana más recia y auténtica.
Duros, grasientos y roncantes al corte, hay tantas recetas como bares en este país. Pochados en su propio sebo, macerados al calor tibio del horno durante horas, desgrasados al microondas…. Estas barritas energéticas son tan agradecidas que admiten miles de elaboraciones todas ellas sabrosas.
Pero sólo algunos, en locales al pie de las carreteras, son dignos de aparecer en este ranking de torreznos por los que merece hacer parada y fonda en el camino.

El Lagar de Milagros

Torreznos sonrosados ya cortados del Lagar de Milagros

Torreznos sonrosados y ya cortados del Lagar de Milagros

Pasar por la puerta y no parar está considerado como delito por las mejores cofradías de torrezneros de España. Su mera presencia en barra, apilados como las vigas de una obra, impone. El ritual exige empezar con uno recién partido en la propia barra y acabar en una de las mesas del asador con un infiernillo lleno de chuletillas de cordero sobre el mantel. Sencillamente delicioso. A-1, carretera de Burgos, kilómetro 153.

Area 103

Area 103, un clásico que nunca falla

Area 103, un clásico que nunca falla

Es de los pocos sitios que no por conocido ha perdido su encanto. En este caso los torreznos son más recios. A sólo un paso de Zaragoza, más ternascos, pero sencillamente espectaculares por la poca grasa que tienen y por cómo fibrilan las vetas de carne en tu boca según los comes. A la par, te preparan una tortilla al gusto sobre la marcha. Parada y fonda obligada. A-2, carretera de Barcelona, kilómetro 103.

Taberna Cachivache

Torreznos reconstruidos y vueltos a construir

Torreznos deconstruidos y vueltos a construir

No está al pie de ninguna carretera, de hecho está en la madrileña calle de Serrano, pero en este caso son capaces de deconstruirlos, separar la piel de la carne para hacerlos por separado y volverlos a juntar para deleite del paladar. La carne, muy contundente, nos recuerda a los chicharrones que llegan allende los mares desde América, mientras que la piel queda fina y muy crujiente. Calle Serrano 221, Madrid

Restaurante Antonio

Estos y sólo estos son los ganadores del mundialito de torreznos

Estos y sólo estos son los ganadores del mundialito de torreznos

No podía faltar en este ranking el actual campeón del título al mejor torrezno del mundo. Torreznos recios y crujientes, de corteza dorada y con un crujir elegante y ceremonioso. Sonrosados al corte y melosos al paladar, catarlos bien merece un fin de semana en tan noble villa castellana. Restaurante Antonio, San Esteban de Gormaz, Soria
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