Al volante
La Dirección General de Tráfico acaba de llevar a cabo una campaña de control de autobuses escolares que ha arrojado unos datos aparentemente mucho más preocupantes de lo que cabía prever.
Realizada a finales de enero, la DGT controló a casi 2.800 vehículos de este tipo en toda España con la colaboración de la Guardia Civil de Tráfico y de las Policías Municipales que quisieron sumarse a la iniciativa y los resultados especialmente llamativos.
Las fuerzas de seguridad levantaron acta de casi 1.800 sanciones, todas consideradas graves si tenemos en cuenta la delicada 'carga' que transportan estos conductores.
De acuerdo con los datos facilitados por la DGT uno de cada tres autobuses controlados infringía la normativa, un dato llamativo si tenemos en cuenta el repunte de fallecidos en carretera que se ha registrado en el mes que llevamos de 2024. Pues enero se cerró con un incremento de los decesos en carretera del 20 %.
Los fallos más habituales estaban relacionados con la documentación del vehículo, pues 630 autobuses no disponían de la autorización para el transporte de niños, mientras que 330 no disponían del seguro obligatorio para realizar este servicio.
Mucho más grave fueron los seis chóferes que dieron positivo en el control de drogas al que fueron sometidos, una infracción que debería suponer la inhabilitación para el transporte no ya de niños, sino de personas. En el lado positivo destacar los cero positivos por alcoholemia.
El resto de denuncias estaban relacionadas con el mal uso de los cinturones obligarotios (12), problemas con la puerta automática (60) y no tener la ITV (15). Otros 35 vehículos fueron sancionados por no llevar a bordo una persona para el cuidado de los niños y 25 por no respetar los períodos de descanso.
Sorprendente cuanto menos esta campaña sobre un colectivo modélico como es el del transporte escolar que ha alcanzado ya hace varios años la siniestralidad cero y que ofrece un riesgo 11 veces inferior que los automóviles privados a la hora de tener un accidentes. Sobre todo teniendo en cuenta la existencias de otros grupos como los motoristas entre los que se ha disparado la accidentalidad desde el año pasado.
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