Velocidad
De acuerdo con datos de la propia DGT, solo en 2022 se recaudaron en España en torno a los 510 millones de euros en multas, lo que sumado a las tasas hace un total de 1.000 millones de euros, una verdadera barbaridad que pasa a engrosar los presupuestos generales del Estado cada ejercicio.
Tal y como reclaman diferentes asociaciones de conductores, esta partida de dinero debería destinarse a cuidado y mejora de las carreteras, pero no es así.
Año tras año esta cifra va creciendo de la mano de los nuevos radares y dispositivos que la DGT está desplegando en territorio nacional hasta superar los 2.000 que se dividen entre radares fijos, móviles, de tramo…
Las multas por velocidad son las sanciones más habituales de los conductores, unas veces por simples descuidos y otras premeditadamente. Estas últimas son precisamente las que exigirían más mano dura por parte del organismo rector del tráfico.
En Europa la situación no cambia demasiado, con una creciente presión sobre los conductores, que en algunos casos les ha llevado a tomar medidas que, además de ser ilegales, pueden costarnos una buena sanción, al menos en España.
Ya tenemos constancia de que este método está usándose en Italia, en Francia y en Ucrania. Se trata de unas sencillas pegatinas que se adhieren sobre los propios números de la matrícula y los hace invisibles de cara a las cámaras fotográficas de los radares.
En este caso basta con ocultar un par de números para que la DGT no pueda sancionar. Estas pegatinas mágicas pueden comprarse por internet.
En España conviene pensárselo dos veces, pues, en el mejor de los casos, la sanción de la DGT cuando una matrícula no es legible por alguna razón es de 200 euros. Y puede convertirse en una infracción muy grave con multa de 6.000 euros y retirada de carnet si el agente determina que hemos manipulado la matrícula del coche, que está considerada un documento público.
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