Los coches, procedentes de Marruecos, esperan autorización para entrar en territorio UE

Los coches, procedentes de Marruecos, esperan autorización para entrar en territorio UE

Industria

El distintivo por el que Italia no deja entrar en su territorio a un centenar de coches eléctricos

El Grupo Stellantis ya ha movido ficha para eliminar de los coches este elemento, en lo que supone un episodio más de la polémica entre el Gobierno italiano y la multinacional

El enfrentamiento entre el Gobierno italiano de Giorgia Meloni y el grupo automovilístico francés Stellantis va camino de convertirse en una cuestión de Estado después del último episodio vivido hace sólo unas horas, cuando el Ejecutivo transalpino ha decidido retener en la aduana del puerto de Livorno –y no dar acceso a Italia– a casi 140 coches coches fabricados en Marruecos por el citado grupo.

Se trata de un episodio más de una historia que comenzó el verano pasado cuando la presidenta italiana acusaba a Stellantis de llevarse fuera del país la producción de modelos como el Lancia Ypsilon, que finalmente será ensamblado en Figueruelas, Zaragoza.

Cuestión de costes

La realidad es que Stellantis está llevando a cabo un plan de reorganización de su producción buscando disminuir al máximo sus costes de fabricación, por lo que es lógico que la producción de vehículos urbanos y compactos del grupo se concentre en España, donde los costes de producción son menores y permiten que este tipo de automóviles dispongan aún de margen de rentabilidad.

Planta de Stellantis en Zaragoza

Stellantis espera centralizar en España su producción de coches pequeños

El segundo episodio del enfrentamiento llegó con motivo del lanzamiento del Alfa Romeo Milano, un vehículo que se fabricará en la factoría de la firma en Tychy, Polonia. En este caso, el Gobierno de Meloni apeló a una norma histórica de italianidad que impide la identificación con rasgos culturales italianos de productos que no han sido fabricados dentro del país.

Rasgos de identidad

En este caso la empresa dirigida por Carlos Tavares optó por evitar los tribunales cambiando el nombre de Milano por el de Junior, que borra cualquier rastro transalpino del bonito SUV compacto italiano.

Habrá que acostumbrarse a llamarlo Junior

De Milano a Junior, el cambio de nombre del SUV italiano

Pero el tercer episodio del desencuentro está teniendo lugar en estos momentos, cuando el Gobierno italiano ha decidido detener en la frontera del puerto de Livorno un total de 135 Fiat Topolino que llevan la bandera italiana en uno de sus laterales.

Pequeño distintivo italiano en la aleta del coche

Pequeño distintivo italiano en la aleta del coche

Se trata de vehículos producidos en Marruecos que de acuerdo con la normativa italiana no pueden lucir ningún distintivo que pueda confundir a los compradores con la falsa italianidad de los vehículos.

Stellantis responde

En cuestión de horas Stellantis ha confirmado que la presencia de la bandera italiana se justifica al haber sido diseñado íntegramente en Turín, sin la menor intención engañosa.

El Fiat Topolino ha sido el origen de la polémica

El Fiat Topolino ha sido el origen de la polémica

En cualquier caso Stellantis actuará de buena fe eliminando estos distintivos tanto del Fiat Topolino como del 600, un modelo fabricado en Polonia que también podría generar polémica.

Meloni ha pedido ya en varias ocasiones a la familia Agnelli que vele por los intereses italianos del grupo dentro de Stellantis.

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