Bruselas ha apostado por reducir los coches en circulación
Transporte público
Ni eléctricos ni de combustión: Bruselas lo tiene claro, cuantos menos coches menos emisiones
Bruselas sigue su cruzada particular contra el automóvil, en este caso pone en su punto de mira al coche eléctrico y tiene claro que cuantos menos coches menos emisiones
Más allá de la persecución que ha sufrido el coche de combustión por parte de la Unión Europea, parece que Bruselas está allanado el terreno para poner contra la pared a los coches eléctricos.
Si hasta ahora la clave era la descarbonización de la atmósfera, para lo cual se hacía necesario eliminar casi por completo los motores de combustión, ahora parece que los coches eléctricos también están en el punto de mira de Bruselas por un tipo de emisiones nada conocidas pero muy perjudiciales para el ser humano.
Emisiones menos conocidas
Las conclusiones de un estudio encargado por Urban Mobility, un organismo dependiente de la Unión Europea, acaba de sacar a la luz que a día de hoy las emisiones que proceden de los tubos de escape de los automóviles no son las más perjudiciales, sino que las partículas y microplásticos generados por los discos de freno, los neumáticos y las pastillas de freno son los responsables del 88 % de las emisiones procedentes de los automóviles.
El desgaste de las pastillas de frenos es responsable de emisiones cancerígenas
El estudio para medir las emisiones contaminantes toma como referencia la ciudad de Londres, y arroja como resultados que la contaminación por microplásticos es la amenaza más grave para el ser humano.
Microplásticos en la sangre
Estas partículas microscópicas entran en los organismos suspendidas en el aire y pasan de los pulmones al torrente sanguíneo, siendo responsables directas de multitud de cánceres mortales.
Estas partículas en suspensión contaminan también el agua y el suelo, lo que genera problemas mucho más graves con el paso del tiempo.
El desgaste de los neumáticos también genera microplásticos
De hecho la nueva normativa Euro VII que entra en vigor el 1 de julio afecta directamente a los fabricantes de pastillas de frenos y de neumáticos, pues además de reducir las emisiones de los tubos de escape, limita también los microplásticos que pueden emitir a la atmósfera los vehículos.
Los eléctricos en el punto de mira
Eso afecta de lleno a los coches eléctricos, pues aunque no tienen emisiones por el tubo de escape sí sufren un desgaste de neumáticos superior al de los coches con motor de combustión, lo que significa que les va a afectar de lleno. Lógicamente esto va a suponer un incremento en el precio de los automóviles que fuentes del sector han cifrado hasta en 300 euros.
Por último una de las conclusiones más preocupantes del estudio es que de acuerdo con Bruselas «el abandono del coche privado se presenta como la estrategia más efectiva» para reducir las emisiones contaminantes. Lo que significa apostar por el transporte público y la bicicleta, preocupante para una sociedad que ha cimentado buena parte de su economía sobre el automóvil.
