Muy pocos conocen el significado de tener un coche indio
Curiosidad
¿Qué es un coche indio y por qué llaman así a algunos automóviles?
Se trata de un término acuñado recientemente que no tiene nada que ver con el país de fabricación del automóvil, sino que se relaciona con otra peculiaridad muy distinta
El argot automovilístico va creciendo con el paso de los días, a los términos convencionales como por ejemplo berlina, todoterreno o SUV se van sumando nuevas palabras y conceptos que definen tecnologías innovadoras, como por ejemplo los híbridos.
Ahora hay decenas de términos que definen las distintas configuraciones híbridas y su funcionamiento, desde los híbridos enchufables a los híbridos ligeros… aunque existe un tipo de argot mucho menos conocido que se usa entre los aficionados de verdad y que es realmente ingenioso.
Marronero, calamar, indio...
Dentro de este ‘diccionario’ estarían términos como los coches ‘marroneros’ un término que define a los coches ya con años pero muy llamativos que suelen parar con facilidad en los controles.
Seat León amarillo y acabado deportivo, un coche marronero de reglamento
Todo ello sin olvidar el coche calamar, que hace referencia a los vehículos con motor diésel que cuando aceleran dejan una nube de humo negro para los coches que vienen por detrás y un nuevo término de reciente creación que es cuanto menos ingenioso.
Ingenio español
Nos referimos a los coches indios, un término que tiene muy poco que ver con el lugar de fabricación, sino que hace referencia a la costumbre de su propietario de llevar siempre el depósito en la reserva.
Recordemos que durante la conquista del Oeste americano solían confinar a los indios americanos en reservas. Así nacen este apelativo cariñoso que cada vez se hace más popular.
Coche indio, el que va siempre en la reserva
Ahora ya sabes a lo que se refieren cuando alguien habla de tener un coche indio, algo que no tiene nada que ver con la fabricación…
Es cierto que el mercado indio del automóvil es realmente potente y allí mandan marcas como Suzuki o el magnate Tata, que en su día llegó a producir el que fue conocido como el coche más barato del mundo: el Tata Nano, un coche que costaba unos 2.000 euros de la época.
A día de hoy Tata sigue siendo propietario de las marcas británicas Land Rover y Jaguar, un verdadero imperio financiero que cuenta incluso con altos hornos propios.