El número de multas de velocidad crece cada año
Sanciones
La sombra: el truco de algunos conductores para que no les multen los radares
Cada vez hay más radares en las carreteras y cada vez los conductores buscan métodos más peculiares para evitar que les sancionen
Un año más los radares de velocidad vuelven a ser la gran estrella de la Dirección General de Tráfico en las carreteras, hace solo unas horas que el organismo daba cuenta de la instalación de nuevos y más precisos equipos en toda España.
El problema es que en lugar de aumentar las multas a los grandes infractores, lo que realmente están consiguiendo es sancionar a los pequeños infractores por simples descuidos, multas por ir 5 o 10 kilómetros por encima de lo permitido, mientras que las grandes infracciones quedan muchas veces impunes.
Pequeños despistes
En estos casos existe un truco conocido por los conductores desde hace años, se trata de la sombra, que consiste en circular en paralelo a otro coche que nos hace ‘sombra’ frente al radar, de manera que no nos sanciona porque sencillamente no puede captarnos.
Las multas deben contar con dos fotos del infractor
Conviene saber que hace solo unos años el simple motivo de que aparecieran dos coches en la fotografía del radar era motivo más que suficiente para que la sanción quedara completamente anulada, pues no se podía saber cuál de los dos coches era el que se pasaba de la velocidad.
¿Dos coches en la foto?
Ahora los nuevos radares pueden distinguir perfectamente la velocidad de varios coches simultáneamente, lo que significa que aunque salgan varios coches en una foto no pasa nada, lo que sí es cierto es que si a uno de los coches no se le distingue claramente la matrícula o el modelo, la sanción no sería válida.
En este caso la clave es circular en paralelo a otro coche que nos tape
Así las cosas es habitual que, por ejemplo, muchos coches que van por encima de la velocidad permitida pasen los radares a la ‘sombra’ de un camión o autobús para que no le sancionen.
Incluso en caso de sancionarle podría ser motivo para que un recurso tuviera éxito y la sanción terminara por ser anulada, tal y como ocurre en muchas ocasiones.
