Ramón Rodríguez Arribas

Las tres pasiones del magistrado Rodríguez Arribas: España, la familia y la justicia

Resulta francamente difícil sintetizar su polifacética personalidad en unas líneas, pero estimamos que debería destacarse su pasión por España, la preocupación por su familia y su dedicación a la justicia.

Juan José González Rivas | Ignacio Ulloa

Nació en Madrid el 2 de abril de 1934 y murió en Madrid el 29 de octubre de 2023

Ramón Rodríguez Arribas

En la madrugada del domingo 29 de octubre, falleció en Madrid -su ciudad de nacimiento- Ramón Rodriguez Arribas (Vicepresidente emérito del TC) a la edad de 89 años, después de una inesperada y rapidísima enfermedad. Licenciado en Derecho por la UCM de Madrid (con nota de sobresaliente), en 1956 aprobaría las oposiciones de Secretario Judicial y de Juez, optando por esta carrera inmediatamente; y contrayendo a continuación, matrimonio con Marisa Nogueira, con quien compartió desde entonces todos los días de su vida, y con quien tuvo cinco extraordinarios hijos (Ramon, Carmen, David, Jose Antonio y Pedro).

Resulta francamente difícil sintetizar su polifacética personalidad en unas líneas, pero estimamos que debería destacarse su pasión por España, la preocupación por su familia y su dedicación a la justicia. Su pasión por España la heredó de su padre, Coronel de la Guardia Civil, de quien aprendió la vocación de servicio y de cumplimiento del deber -y que se vió completada cuando, en el año 2013, le nombraron Guardia Civil Honorario-. El amor a la familia hizo que, como en el Génesis 17:5, fuese «padre de varias generaciones», llegando a sostener en sus brazos a seis biznietos.

Su tercera pasión, la justicia, le llevó a administrarla infatigablemente, primero en el Juzgado de 1ª Instancia e Instrucción de Riaza, a continuación, en el de Escalona, ascendiendo a Magistrado en Las Palmas de Gran Canaria, para volver a Ciudad Real (donde llegó a ser Decano de los Juzgados), pasando a su querido Juzgado de Instrucción nº 19 de Madrid. Y de ahí, a la Sección 4ª de la Sala de lo Contencioso-administrativo, del entonces creado TSJ de Madrid; ascendiendo en 1998 a la Sala 3ª (Sección 2ª) del TS.

Igualmente, su preocupación por una justicia independiente, le llevó a afiliarse a la Asociación Profesional de la Magistratura, desde sus orígenes con D. Federico Carlos Sainz de Robles, siendo elegido como tercer Presidente de la misma (tras D. José Gabaldón, y sucedido por D. Santiago Martinez-Vares), defendiendo -ya desde entonces- el autogobierno judicial ínsito en el art. 122 de la Constitución, como la fórmula más acorde con el art. 117 de la Constitución. Durante su Presidencia de la APM, ésta se adhirió a la Unión Internacional de Magistrados, elaborando (bajo los auspicios de NNUU) el Estatuto Universal del Juez, y -como consecuencia de ello- atribuyéndole su Presidencia Internacional, durante tres años.

En el año 2004 fue nombrado Magistrado del TC, a propuesta del CGPJ (junto con D. Pascual Sala), desempeñando su mandato bajo las premisas del diálogo, la búsqueda de consensos y la tutela eficaz de los derechos y libertades de los ciudadanos. Allí fue donde tuvo que deliberar los asuntos más relevantes y delicados de su carrera (como la larga discusión sobre el Estatuto de Cataluña de 2006), y donde acreditó su capacidad de llegar a acuerdos y ofrecer soluciones, con sentido de Estado y auténtica lealtad institucional. En 2012 fue nombrado Vicepresidente del TC, y allí -quienes escribimos este obituario- tuvimos la suerte de trabajar más de cerca con él: su buen humor, su vitalismo, su ingenio y su capacidad de ponerse en la piel de los demás, han dejado huella y recuerdo en el personal del Tribunal.

Tras dejar el TC, no se jubiló, y siguió al frente de Rodriguez-Arribas Abogados, colaborando en la divulgación de nuestro sistema de garantías y ejecutando otros tantos proyectos que tenía en su alma joven- y que esta madrugada ha tenido que dejar «para mejor proveer…»-. Nos ha dejado uno de los grandes juristas de la Transición, de esos que con alta categoría humana y profesional, levantaron los andamios del Tercer Poder de nuestra Democracia. ¡Gracias Ramón! DEP.