Patrick Buisson (1949-2023)
El vidrioso ideólogo de la derecha desacomplejada
Artífice de la victoria presidencial de Sarkozy, asesoró a Le Pen, De Villiers, y Zemmour, y escribió tanto ensayos políticos como históricos
Nació en París el 19 de abril de 1949 y falleció en Les Sables-d'Olonne (Vendée) el 26 de diciembre de 2023
Patrick Buisson
Fue profesor de secundaria, ensayista, asesor político y presidente del canal televisivo «Histoire». Siempre con un hilo conductor: la batalla cultural contra la izquierda, siendo su primer «combate» el oponerse a los manifestantes de Mayo del 68.
La caída en desgracia de Patrick Buisson alcanzó su punto de no retorno a principios de 2014, cuando de diversas investigaciones periodísticas se desprendió que grababa clandestinamente –colocaba un dictáfono debajo de la mesa– muchas de las reuniones estratégicas que Nicolas Sarkozy celebraba con sus asesores políticos más cercanos en el Salón Verde del Elíseo. Quien ya era expresidente desde hacía dos años no se lo pensó dos veces: se querelló contra Buisson –él y Carla Bruni obtuvieron, cada uno, 10.000 euros de indemnización– y no volvió nunca a dirigirle la palabra, pese a todo lo que le debía.
Pues nadie niega que Buisson fue el artífice de la espectacular victoria presidencial de Sarkozy en 2007. Fue él quien convenció a Sarkozy para que abanderase un discurso de derecha desacomplejada, cuyos pilares eran la defensa de la identidad francesa, la reivindicación de los valores cristianos, la batalla cultural contra la izquierda centrada en la denuncia de la herencia de mayo del 68 y una dosis de liberalismo económico. La receta funcionó como funcionó la predicción de Buisson según la cual una nítida mayoría de franceses rechazaría, en el referéndum convocado por Jacques Chirac, el proyecto de Constitución Europea. En aquel momento empezó la colaboración entre Sarkozy y Buisson.
Para entonces, este último ya gozaba de una sólida reputación como teórico de la «unión de las derechas». Según su análisis, el grueso de los votantes del Frente Nacional –hoy Agrupación Nacional– son principalmente antiguos votantes gaullistas decepcionados por el giro europeísta de Chirac, mientras que el resto son antiguos comunistas nostálgicos de los tiempos en que el partido de la hoz y el martillo era conservador –en materia de inmigración–, autoritario y algo nacionalista
La plasmación política de esa premisa debiera ser –lo pensó hasta el final– una alianza duradera entre el ala conservadora de la derecha –en la que incluye al «gaullismo popular»–, y el lepenismo en su vertiente más presentable para, de esa manera, adaptarse a las nuevas tendencias sociológicas de la derecha, de las que también forma parte el electorado obrero crítico con la globalización y abandonado por una izquierda más interesada en la defensa de las minorías étnicas y sexuales.
Semejante perspectiva solo podía proceder de alguien con una sólida cultura histórico-política. Buisson la ostentaba. Lo mismo que la militancia: nacido en el seno de una familia nítidamente de derechas –su padre había militado en la Acción Francesa–, a la edad de siete años su madre le llevó a presenciar una manifestación contra la invasión soviética de Hungría. Sin embargo, siendo ya adolescente, fue la pérdida de Argelia la que impregnó para siempre su conciencia política. A aquella causa perdida dedicó su trabajo de fin de carrera y los inicios de una tesis doctoral inconclusa.
Durante años, Buisson fue profesor de secundaria antes de dedicarse al periodismo en los principales medios conservadores galos, desde «Le Figaro» –donde dirigió la sección de opinión– hasta «Valeurs Actuelles», pasando por el más controvertido «Minute». Simultáneamente, desarrollaba su labor de asesoría política, primero con Jean-Marie Le Pen, con el que nunca terminó de congeniar primera «gran victoria electoral» acaeció en 1994, cuando logró que la lista euroescéptica encabezada por el conservador Philipe De Villiers y el magnate sir James Goldsmith –el más británico de los franceses y el más francés de los británicos– lograra una docena de escaños en las europeas. Años después sirvió a Sarkozy y en los últimos años se había convertido en el asesor áulico de Eric Zemmour.
La trayectoria de Buisson no se puede desligar de su producción bibliográfica, en la que cabe destacar una interesante biografía de Sacha Guitry y «Vichy, années érotiques», una documentadísima obra sobre el sexo en la Francia colaboracionista, con notable presencia de la homosexualidad en las élites que rodeaban al mariscal Pétain. Lástima que Buisson, un ensayista de alto nivel intelectual se dejase llevar por su obsesión de las grabaciones ocultas: hasta su hijo Georges contó cómo su padre registraba sus gorjeos de recién nacido.
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