Wolfgang Schäuble (1942-2023)
El guardián de las esencias presupuestarias en Alemania y en Europa
Ocupó todos los cargos de relevancia menos el de canciller, al que parecía predestinado
Nació en Friburgo el 18 de septiembre de 1942 y falleció en Offenburg el 26 de septiembre de 2023
Wolfgang Schäuble
Abogado de formación, dedicó el grueso de su vida la política: fue diputado durante 51 años, ministro de Asuntos Especiales, de Interior en dos ocasiones, también portavoz parlamentario en dos ocasiones, ministro de Finanzas y presidente del Bundestag.
En dos ocasiones estuvo Wolfgang Schäuble a punto de dejar este mundo de forma inesperada. La primera, el 12 de octubre de 1990, cuando, siendo el ministro del Interior que acababa de llevar a buen puerto la reunificación de Alemania, los disparos de un desequilibrado le condenaron a permanecer el resto de su vida. La segunda, en mayo de 2010, en plena crisis financiera de la Unión Europea: durante una reunión de crisis en Bruselas, el entonces ministro de Finanzas de Angela Merkel se desplomó. Trasladado de urgencia a un hospital de la capital belga, desde la habitación siguió pilotando las negociaciones por teléfono, logrando que la Ue dirigió las negociaciones por elaborando un paquete de préstamos y compras de bonos –el mayor de su historia– por valor de un billón de dólares.
Fue precisamente en esa época cuando su fama traspasó las fronteras de su país: consciente de la fuerza económica de Alemania, asumió sin temblores ni contemplaciones el papel de guardián de las esencias presupuestarias, imponiendo a sus socios un exigente plan de austeridad, plasmado en recortes masivos del gasto público en todos los países de la zona euro. Sin excepciones. Sobre todo, en una Grecia que estaba al borde del colapso. En un momento, incluso, Schäuble abogó por que el país mediterráneo abandonase la moneda única durante un lustro. Una ofensa para los helenos –gobernantes y ciudadanía le detestaron para siempre– que Merkel paró in extremis. En España, las exigencias de Schäuble significaron el principio del fin del segundo Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero.
Bien es cierto que el alemán seguía predicando con el ejemplo: los frutos de su política de disciplina fiscal culminaron en 2014 en los presupuestos sin déficit desde 1969. La tendencia continuó, y en el primer semestre de 2016, Alemania registró un superávit presupuestario de 18.500 millones de euros. Fue el mayor triunfo político de Schäuble, que terminó su larga carrera política como presidente del Bundestag en la última legislatura de Merkel, tras ocho años al frente del erario.
Mas antes había sido la mano derecha de Helmut Kohl. Cuando el canciller de la reunificación asumió su cargo en octubre de 1982, Schäuble se convirtió en portavoz parlamentario de la Unión Cristianodemócrata (CDU). Tres años después, fue nombrado ministro de Asuntos Especiales, equivalente alemán de un ministro de la Presidencia en España. De allí pasó, en 1989, a Interior, atalaya desde la que negoció e impulsó el Tratado de Reunificación, Consumada la gran obra, volvió a la portavocía parlamentaria.
Y se desempeñó con la suficiente brillantez como para ser considerado el delfín de cara a los comicios de 1998. Pero Kohl le tapó la ruta. Elegido líder de la CDU a raíz de la derrota, Schäuble no dio la talla contra un Gerhard Schröder que atravesaba por su mejor momento; no tanto por su falta de iniciativas o de ideas, sino por su asociación con la era Kohl. Menos mal que Merkel, posteriormente, le recuperó.
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