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29 de marzo de 2024

Unas líneasEduardo de Rivas

Difícil ser más idiota

No sé si atacan a Goya por degenerado y acosador al obligar a 'La maja desnuda' a mostrar sus pechos o si por taparlos en 'La maja vestida' cual censor de Instagram

Actualizada 17:32

Tenía que pasar. Llegó a España la moda de destrozar cuadros para protestar por la supuesta falta de ecologismo. Estaba tardando, porque en esto de copiar idioteces y tradiciones que no son nuestras los españoles somos los reyes. Ya sea para vestirse de muerto viviente en Halloween o para cargarnos una obra de arte, cuando circula alguna ocurrencia por el mundo, ahí que vamos nosotros con nuestro orgullo patrio.
Y, como somos españoles, no solo igualamos las tonterías de otros países, sino que las superamos. Como en una partida de póker en la que doblas la apuesta del que te lleva fastidiando toda la noche. Si en Londres dos ecologistas tiran un bote de tomate sobre el vidrio que cubre Los girasoles de Van Gogh, nosotros nos llenamos las manos de Superglue y las plantamos en los marcos de Las majas de Goya. All in. Y suerte que no le pintamos pelos en el sobaco porque la maja no es suficientemente feminista.
Solo hace falta un requisito para que se te ocurra algo así y no es ser ecologista, sino ser idiota. Si quien tira un bote de pintura a un cuadro, cuyo valor es incalculable, de verdad piensa que así va a concienciar sobre el cambio climático no es idiota sino algo más. Estos ataques son contraproducentes para la causa por la que tanto pelean haciendo el bobo por las pinacotecas del mundo, porque ensombrecen las buenas acciones -que las hay- a favor del planeta y ni los suyos los defienden. Tampoco los critican, es verdad, porque alzar la voz no es fácil en el mundo políticamente correcto en que vivimos.
Para que seas aceptado hoy, tienes que ser feminista, vegano y ecologista. Y sobre esa delgada línea roja, la sociedad actual se permite juzgar el pasado, el presente y el futuro. Van Gogh, mal; Vermeer; mal; Goya, requetemal. Aunque ya no sé si por degenerado y acosador al obligar a La maja desnuda a mostrar sus pechos o si por taparlos en La maja vestida cual censor de Instagram. #FreeTheNipple podrían haber gritado, de paso, al profanar los cuadros.
Les reconocemos al par de idiotas que se han pegado a las pinturas de Goya que hoy hablamos de ellas y que sin su acto no lo haríamos. Pero deben saber que mañana no lo haremos y que hablaremos de su estupidez y de su falta de cerebro, no de su causa. Si quien está detrás de este movimiento invirtiera el dinero en proteger de verdad el planeta y no en hacer el imbécil por el mundo, el ecologismo seguro que se lo agradecería. Y nosotros también.
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