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04 de mayo de 2024

HorizonteRamón Pérez-Maura

33 años después, la izquierda gana

En Europa, en países como España o Francia hay un renacer de la extrema izquierda. En España está en el poder, algo que hace 33 años era inimaginable. En Francia son el segundo partido del país, en toda Europa van minando espacio a la socialdemocracia tradicional

Actualizada 01:34

El 9 de noviembre ha sido el 33 aniversario de la caída del Muro de Berlín. A las nuevas generaciones les cuesta mucho entender el tipo de prisión que era media Europa, la falta de libertad de movimientos, la represión del sistema comunista, los asesinatos de los alemanes que intentaban cambiar de sector dentro de la ciudad de Berlín dividida por ese muro. Pero hay que reconocer que 33 años después esa izquierda se ha rearmado en todo el mundo y hoy está en auge con argumentos diferentes, pero siempre con el mismo objetivo: acabar con los valores que tradicionalmente estructuraron nuestras sociedades, especialmente en torno a la familia, que no es un concepto cristiano, aunque el cristianismo se ha vuelto en un gran defensor de ese órgano nuclear de la sociedad. Y finiquitado ese orden tradicional, resulta mucho más sencillo limitar las libertades y tomar el control de la sociedad.
En China tenemos el ejemplo perfecto de cómo no se busca explícitamente una implantación de un régimen económico comunista. Aunque Xi Yingpin esté demostrando que no es partidario de las reformas económicas radicales de su predecesor, Hu Yintao, que ha acabado como ha acabado. Lo que ni uno ni otro querían eran libertades políticas. Y su control de la sociedad sigue siendo muy estricto.
En Iberoamérica hemos visto una ola de populismo izquierdista que ha arrasado en prácticamente todo el continente con las mínimas excepciones de Uruguay, Ecuador y Paraguay. La labor del Foro de Sao Paulo a lo largo de décadas, desde la caída del Muro de Berlín, ha sido meticulosa y de un enorme éxito. Y lo más impresionante del enorme logro de ese foro ha sido que mientras que en un momento el poder de la democracia dejó a Cuba, Venezuela y Nicaragua en una exigua minoría, hoy son esos tres países los ideólogos del continente entero. Y ya hemos visto para lo que ha valido la reunión COP 27 en Egipto: para que Emmanuel Macron rinda todos los honores a Nicolás Maduro.
Curiosamente esa izquierda está firmemente aliada con la Rusia de Vladímir Putin, a quien tantos alrededor nuestro se empeñan en presentar como un hombre de valores cristianos. Ese argumento se ha ido debilitando con los hechos de los últimos nueve meses y creo que ya son pocos los que lo sostienen hoy. Putin sigue empleando a todos estos movimientos de extrema izquierda como forma de minar las sociedades occidentales. Y está teniendo bastante éxito.
Y finalmente, en Europa es donde mejor aguantan las democracias liberales, como se demuestra con la alternancia en países como Italia y con la similitud de problemas en países con gobiernos de diferente signo político, como pueden ser los de Polonia y Hungría por una parte y España por otra. Esas diferencias no impiden que el intento de asalto a la Justicia sea casi idéntico en los tres países. Menos mal que la Comisión Europea lo frena en los tres lugares.
En Europa, en países como España o Francia hay un renacer de la extrema izquierda. En España está en el poder, algo que hace 33 años era inimaginable. En Francia son el segundo partido del país, en toda Europa van minando espacio a la socialdemocracia tradicional. Y Pedro Sánchez, antes de acabar como el Partido Socialista Francés, ha preferido subirse al barco de la extrema izquierda para llevar adelante lo mismo que quería el comunismo soviético, pero con distintos ropajes. Si este socialcomunismo no es desalojado en las próximas elecciones generales españolas, me temo que puede no haber otras.
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