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02 de mayo de 2024

El puntalAntonio Jiménez

Bildu también se presenta el 28-M en Huelva o Cáceres

Bildu también se presenta el 28-M en todos los predios autonómicos y municipales donde la banda terrorista dejó viudas y huérfanos

Actualizada 01:30

Entiende la Fiscalía General del Estado (FGE) que Bildu es una «formación democrática» y que por tanto no hay motivos para ilegalizarla. Supongo, desde mi desconocimiento legal y con un candor evidente, que la Fiscalía atiende a razones estrictamente jurídicas y no tanto políticas en su conclusión. De lo contrario, pensaría que se ha impuesto otra vez el principio «sanchista» que se refiere a la obediencia debida de la FGE al Gobierno y que Sánchez explicitó con esta pregunta: «¿De quién depende la Fiscalía?», para responderse a continuación: «Pues eso», que resultó lo mismo que decir: «Depende de mi y hace lo que yo ordene».
Hay razón suficiente, por tanto, para sospechar que la resolución de la Fiscalía atiende más a intereses del Gobierno que jurídicos, entre otras cosas, porque es muy cuestionable que Bildu sea un partido democrático cuando sus militantes y seguidores ejercen el matonismo político en su territorio, amedrentando a los adversarios, y rechaza nuestro marco jurídico supremo, la Constitución, que le permite participar del juego democrático.
Además no es la primera vez que incluye a terroristas condenados en sus candidaturas electorales. Un poderoso argumento que en justicia obligaría a una interpretación más rigurosa y profunda de la que aparentemente ha hecho la fiscalía del artículo 9 de la Ley Orgánica de Partidos Políticos que especifica los motivos para ilegalizar a un partido: «Incluir regularmente en sus órganos directivos o en sus listas electorales a personas condenadas por delitos de terrorismo que no hayan rechazado públicamente los fines y los medios terroristas... etc».
Bildu es la prolongación de todas las confluencias políticas diseñadas por ETA a lo largo de su historial sanguinario para aprovecharse de la democracia a la que combatió y poder intervenir en la vida política durante y después de dejar la actividad criminal.
Las palabras, en sentido figurado, de Isabel Díaz Ayuso sobre la existencia actual y supervivencia de ETA encarnada en Bildu, como razón de peso para su ilegalización, ni la enfrenta a Feijóo, ni supone que el PP haya perdido el control del discurso sobre las candidaturas de la formación bildutarra como de forma interesada quiere hacer creer la prensa «sanchista».
Tampoco se compadece con la realidad que sólo tres víctimas de ETA, a saber, pretendan representar el dolor de las miles que hay repartidas por toda España, y que las críticas en Twitter de esas tres víctimas contra Ayuso supongan un motivo de reprobación, según esa misma prensa «sanchista», para que la presidenta madrileña pare y deje de hurgar políticamente en sus heridas.
Hay un interés manifiesto por parte del PSOE y de sus medios afectos por que no se prolongue más en el tiempo este asunto que ha dinamitado buena parte de su campaña electoral y específicamente la que protagoniza el propio Pedro Sánchez, el principal señalado por sus acuerdos parlamentarios con los herederos de ETA en el Congreso y en Navarra.
Desde el PSOE se insiste en acusar a los populares de explotar electoralmente el tema que, no olvidemos, denunciaron las víctimas y no el PP y Vox, al advertir que terroristas condenados con delitos de sangre y por colaborar en los asesinatos mediante delaciones, señalamientos o por prestar cobertura y ayuda material a los pistoleros, integran las listas electorales de la infamia.
Se sorprende Sánchez del ruido político generado ahora por la oposición con estas candidaturas cuando, efectivamente, en 2015 Bildu también incluyó a expresos etarras. La diferencia sustancial es que entonces ningún partido político, tampoco el PSOE, y ningún presidente de Gobierno había pactado absolutamente nada con los herederos de ETA a cambio de sus votos como ha hecho él, hasta el extremo de considerarles socios preferentes y otorgarles concesiones y bazas políticas tan indignas como la salida de la Guardia Civil de Navarra.
Bildu se presenta a las elecciones sólo en el País Vasco y en Navarra, y no en «Huelva o Cáceres», sostienen los socialistas para exigir que deje ya de hablarse de sus polémicas candidaturas porque «no afectan –dicen– al resto de España». Opinan, sin embargo, lo contrario muchos ciudadanos de esas comunidades y provincias, y singularmente las víctimas, que no se abstraen de un hecho evidente: la sombra de las listas de Bildu también planea sobre sus circunscripciones electorales desde el momento en que ETA sembró de pesar y tristeza con sus acciones criminales todo el territorio español.
Indirectamente, Bildu, mal que le pese a los socialistas por las consecuencias electorales negativas que puede depararles, también se presenta el 28-M en Huelva, en Cáceres y en todos los predios autonómicos y municipales donde la banda terrorista dejó viudas y huérfanos.
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