Los alemanes prohibirían nuestros partidos nacionalistas

La izquierda española ha celebrado con alborozo el informe de la BfV alemana (Oficina para la Protección de la Constitución) que clasifica a la AfD como un partido de «extrema derecha que desprecia la dignidad humana». Y ya están pidiendo sus medios y redes que se ilegalice a la AfD tras esa conclusión. A Sánchez le ha faltado tiempo para exigirle a Feijóo, lo hizo en el Pleno del miércoles, que aplique el informe alemán a España y le haga un cordón sanitario a Vox. Sin tomarse la molestia de leer los argumentos alemanes, que, en España, a lo que llevarían es en todo caso a la prohibición de los partidos nacionalistas.

Porque he aquí que el argumento central contra la AfD es su idea de que el valor de la persona está determinado por la etnia, y eso devalúa a grupos enteros de población en Alemania y viola su dignidad humana. «Decisiva para nuestra evaluación es la comprensión de la AfD sobre la etnicidad y la descendencia», dice el resumen del informe. El contenido completo es secreto, pero sí es público el último informe general de este organismo, el de 2023, sobre los peligros extremistas que acechan a Alemania.

Toda la argumentación sobre la etnicidad de las bases ideológicas de la AfD es aplicable a nuestros partidos nacionalistas y a la manera en la que devalúan a grupos enteros de población, es decir, a los «españoles» en sus comunidades autónomas. Pero, claro, los alemanes no han pensado en los partidos nacionalistas de otros países, como los de la «mayoría progresista» de España, porque no los tienen. Los suyos son marginales, y lo que diferencia al Estado federal alemán del nuestro es que allí no hay nacionalistas que cuestionen la nación alemana, como en nuestro caso, y que ataquen su Constitución. Vaya ironía, por cierto, que fuera un tribunal alemán el que impidiera la extradición de Puigdemont a España. Porque allí, y según la BfV, Puigdemont estaría en la cárcel.

El otro problema de esa conclusión es que, si uno repasa el informe 2023, el peligro de la extrema izquierda en Alemania es al menos similar al de la extrema derecha. Si los delitos violentos de extrema derecha aumentaron un 13 %, los de extrema izquierda lo hicieron un 20,8 %. Y si los extremistas de derechas son 40.600, los de izquierdas son 37.000. Y eso sin tener en cuenta el tremendo sesgo de su análisis, el habitual. Porque he aquí que los servicios de inteligencia alemanes ponen en su punto de mira a la AfD, pero excluyen a los dos partidos relevantes de extrema izquierda, a los comunistas Linke y BSW, y se limitan al estudio de grupos marginales. Es decir, lo de siempre, la intolerable doble vara de medir europea.

¿Consecuencias del informe en Alemania? Pues, según la última encuesta publicada, de principios de mayo, el partido que más sube en intención de voto es la AfD, con un 23 %, más de dos puntos por arriba del 20,8 % que obtuvo en las elecciones de febrero. La CDU-CSU sube ligeramente, al 27 %, y el SPD sigue bajando, al 16 %. Lo que nos da una idea de lo que está pasando con la campaña de la amenaza de la ultraderecha de Pedro Sánchez y resto de la izquierda europea y con los informes sesgados por ideología izquierdista.