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Desde la almenaAna Samboal

¡Manos arriba!

Sólo falta que acierten con el tiro de gracia que ensaya Bolaños contra la independencia del Poder Judicial y las Juntas Electorales, si se tercia, para que puedan celebrarlo tranquilos y por todo lo alto. Ese día, nos habrán robado la poca democracia que nos queda

Les pagamos un sueldo para que administren lo que es nuestro, de todos y, en vez de emplearlo en infraestructuras, educación, sanidad o lo que a su entender sea más adecuado, que no tiene por qué ser lo que más nos conviene, lo malversan para satisfacer sus necesidades particulares. Si esta forma de ejercer el poder no es delito, ya me dirán qué lo es, porque, se mire como se mire, no han hecho otra cosa que robarnos.

Nos roban cuando se funden el dinero público en prostitutas y fiestas. Nos roban cuando encarecen obras y contratos artificialmente para agenciarse la correspondiente mordida. El gasto, al completo, acaba saliendo del mismo bolsillo, que no es otro que el nuestro. Pero nos roban también cuando cobran un salario para ejercer como gobierno que son y se dedican a cualquier cosa antes que a gobernar. Los continuos fallos en trenes o aeropuertos, la nefasta conservación de las carreteras, la escasez de médicos en los centros de atención primaria por la ausencia de una planificación de plazas adecuada, la falta de previsión en seguridad y orden público, la ausencia de fondos para asistir a los afectados por el volcán de la Palma o a las víctimas de la dana no solo son fruto de la ignorancia o estulticia, que, seguramente, también. Es, ante todo, un robo a mano armada, porque les pagamos para que todo eso funcione y en vez de trabajar, estaban de parranda.

O tratando de asegurar la poltrona, que eso también corre de nuestra cuenta. La Ley de Amnistía con la que el presidente paga su salario y la vivienda en la que reside, nos roba la seguridad jurídica, la igualdad o las mínimas garantías de convivencia. Y el dinero, porque todo esto tiene un precio que hoy todavía ni siquiera podemos llegar a imaginar. El cuponazo catalán, que pone alfombra roja a la próxima intentona de unos racistas de echarnos a todos de una parte de nuestro territorio –otro robo– y permite a la burguesía catalana sentirse superior al resto, abunda en la misma dirección: mantenerse en el poder. Y, de paso, seguir robando.

Sólo falta que acierten con el tiro de gracia que ensaya Bolaños contra la independencia del Poder Judicial y las Juntas Electorales, si se tercia, para que puedan celebrarlo tranquilos y por todo lo alto. Ese día, nos habrán robado la poca democracia que nos queda. ¿Y nos preocupan los disturbios de Torre Pacheco? Preocupantes son, pero, salvo que vayan a más, son una anécdota, palidecen al contraste con la gran obra de esta banda.