El canal formidable

Con el fin de evitar una acción popular semejante a la Toma de La Bastilla o al intento de linchamiento de Godoy en el Palacio Real de Aranjuez, se ha sabido que Sánchez estudia la construcción de un canal circundante y medieval, que proteja la integridad de los habitantes de La Moncloa. Se me antoja exagerado, porque los tiempos han cambiado y más aún los españoles que se han almodorizado en demasía, y los que no, parecemos nenas para los que todo es 'formidable'. ¿Estás bien? Estoy formidable. ¿Has pagado muchos impuestos este año? Pues sí, pero me parece formidable. Siento el fallecimiento de tu tía Monona, la tonta. Ha sido un golpe, un escopetazo formidable. Pero al final, lo más formidable es el plan de seguridad de la Moncloa que han diseñado al alimón Sánchez, Begoña, Bolaños y Marlasca. El canal con cocodrilos e hipopótamos y sólo con dos puentes de acceso para evitar sustos formidables. Y ahora empiezan los problemas.

Para que no se registren ataques populares, la obra será de alta ingeniería. El canal, cada diez metros tendrá unas playitas esquineras para que descansen los paquidermos y los saurios. La encargada de adquirir tan peligrosos animales ha sido Yolanda Díaz, que al fin sirve para algo. Pero lo ha intentado en Amazón y no ha encontrado cocodrilerías e hipoposhops de confianza. El único establecimiento que ha accedido a surtir el formidable canal de Sánchez obligaría, por sus precios, a rebajar las subvenciones de Almodóvar y demás chulos del sistema, y hasta ahí podíamos llegar. El proyecto, a todas luces, me parece formidable.

La cantidad mínima que exige Sánchez para habitar las aguas de su canal y salvaguardar su vida amenazada por la ultraderecha fascista es de cincuenta cocodrilos y veinticinco hipopótamos. El problema es traerlos. Los cocodrilos e hipopótamos del Zambeze o del Nilo están familiarizados con los turistas, y un descuido del guarda de la puerta, puede olvidar su función, y permitir que la hermosa familia experimente una sensación agridulce. Desayunar leyendo el Financial Times del revés, y que accedan al comedor íntimo un número indeterminado de fascistas de la ultraderecha acompañados de hipopótamos puede terminar en una situación peligrosa. Pero comprar esos animales puede constituir un abuso del dinero público muy encaminado a la trena. Marlasca ya ha adelantado que hay dinero y medios para transportar a los vigilantes del canal, y que la alimentación está asegurada. Los jueces independientes, los fiscales independientes, Abascal e incluso Feijóo, que ha hecho poco todavía cuando lo tiene formidablemente a huevo.

El viaje a China ha tenido como objetivo preferente pedir dinero al pájaro de allí, para construir el canal y llenarlo de animales terroríficos. Hace unos años el pueblo se habría levantado contra el traidor, pero ahora sus ideas y las multitudinarias vacaciones nos han convertido, hasta septiembre, en una nación formidable. Si se dan prisa, pueden terminar el canal sumando a la inversión el sobrante de los enfermos de ELA.

Somos formidables.