Fundado en 1910
Vidas ejemplaresLuis Ventoso

Repugnante seudoperiodismo

TVE dedicó su jornada a machacar la memoria de Adolfo Suárez, pintándolo como un acosador sexual cuando no puede defenderse, a fin de opacar lo del PSOE

En cualquier otra nación, en un país que no estuviese enfermo de cainismo guerracivilista, una figura como la de Adolfo Suárez sería venerada y su labor se estudiaría con admiración en las escuelas. Suárez, licenciado en Derecho y secretario general del Movimiento, fue un artífice estelar en el exitoso paso del franquismo a la Transición, un alarde de ingeniería política.

Suárez era un hombre de acción, no un intelectual. Su valor y habilidad casi mágica para las relaciones públicas, desarrollada entre volutas grises de tabaco Ducados, resultaron claves para el cambio. Además, tuvo el cuajo de frenar las veleidades concupiscentes que andando el tiempo tantos problemas le traerían a Juan Carlos I (de hecho, esos serios consejos/advertencias le acabaron costando el frío del Rey).

Por supuesto, durante sus años como presidente, entre 1976 y 1981, Suárez cometió algún error. Pero su balance es excepcional. Sobre todo si se tiene en cuenta que le tocó desempeñar su labor en una etapa extremadamente borrascosa, con la barbarie sangrienta de ETA y con una parte del sistema franquista reticente al gran viraje.

Suárez y Amparo Illana, que reposan juntos en la catedral de Ávila, fueron marido y mujer durante 40 años y padres de cinco hijos, todos de una pasta humana sobresaliente. El crepúsculo del estadista fue muy duro. El cáncer, estigma familiar, le hizo vivir algo tan amargo como la muerte de su mujer y de una de sus hijas. Además, desde 2003, empezó a padecer de Alzheimer y vivió sus últimos once años en una desmemoria total, en la que nunca le faltó el cariño y el cuidado detallista de los suyos. Murió en marzo de 2014 y es una figura emblemática de la política española.

Pero la consideración que merece puede cambiar ahora de manera drástica debido a la vileza de cierto antiperiodismo, que tiene su altavoz más despiadado y cutre en una TVE fuera de control. Como saben, se ha destapado que un estrecho asesor de Sánchez practicaba el acoso sexual en las oficinas de la Moncloa. Hubo dos denuncias de empleadas que eran militantes del PSOE, pero el partido no reaccionó hasta que cuatro meses después el escándalo saltó a la prensa. A ello se suman las aficiones putañeras del clan de Ábalos, la sombra de Sabiniano y varios casos de acoso que han creado una suerte de MeeToo en el PSOE. Su falsa etiqueta feminista se resquebraja. ¿Qué hacer?, se preguntó el número uno. Pues lo de siempre, embarrar la cancha: buscad casos hasta debajo de las piedras, sean verdad o mentira, y amplificarlos a tope en nuestras televisiones y en el Pravda. Ni siquiera ocultan la estrategia, ellos mismos lo dicen cuando repiten como papagayos que abusos hay en todas partes, por lo que los del PSOE tampoco son graves.

Dentro de esta táctica de «y tú más», ahora han elegido como diana a Adolfo Suárez, que abandonó la presidencia hace 44 años y murió hace once. Emerge justamente ahora que se necesita el testimonio de una mujer que asegura que entre 1983 y 1985 sufrió abusos del político, que comenzaron cuando tenía 17 años. Suárez está muerto, no puede defenderse. También han fallecido muchos de sus compañeros de labor que podrían dar la cara por él. Los supuestos delitos han prescrito, por supuesto, y la secretaria de Suárez niega de plano la acusación. Pero nada de eso va a detener a la pútrida TVE.

El apologista del sanchismo Javier Ruiz, que debería haber sido despedido cuando presentó a una cocinera de hospital como una médico para atacar a la sanidad de Moreno Bonilla en la crisis de los cribados, dedicó el viernes ¡45 minutos de su programa a presentar a Adolfo Suárez como un corruptor de menores! Es el mismo Ruiz que cada día sobresalta a su audiencia con rótulos sensacionalistas que no corresponden con la realidad, o que tiene enchufada en su programa a su novia para que vocifere contra la oposición con salidas de tono inadmisibles en la televisión pública. Por la tarde, otro mamporrero protegido por el régimen, Gonzalo Miró, continuó con la caza a Suárez, la nueva consigna en TVE.

No son periodistas. Son mercenarios de un partido político y no les importa destrozar la memoria de una persona que ya no puede defenderse si ello sirve para hacer luz de gas a la eclosión de abusos en el PSOE. Qué miseria moral. Qué chusma.