La quimera de Pedro

Dicen que nada en la tierra es respetado por Pedro I, burlador, embustero y jugador ventajista. Esto define muy cabalmente el ideario y las políticas de los partidos que gobiernan nuestro país.

El presidente es Pedro Sánchez, que está evidenciando la búsqueda del conflicto social, utiliza el Poder Legislativo y Ejecutivo para provocar confrontación entre grupos sociales, es la característica de esta coalición de izquierdas. No saben hacer otra cosa. Lo mismo les da, la corrupción, los violadores o la Universidad para crear un conflicto de odio. Se deleitan con los enfrentamientos que provocan el extremismo de sus ideas. Se ríen del sentir general porque piensan que medran tanto, cuanto más se enrarece la atmósfera social y más dividida esta sociedad.

Pedro está aprobando medidas y leyes por decreto, con el apoyo de sus socios minoritarios pagando a cada uno un precio, con los impuestos de todos los españoles, no les importa lo que aprueban, solo les importa lo que cobran. Para crear el conflicto entre el hombre y la mujer, entre el rico y el pobre, el empresario codicioso y el sindicalista aprovechado. Y entre la vida y la muerte. Leyes que distinguen entre políticos corruptos de derechas y los suyos, entre imperdonables golpistas y malversadores de derechas, por un lado, y perdonables golpistas y malversadores de izquierdas por otro.

Leyes y medidas que buscan dividir la sociedad entre los que están con ellos y «los fascistas» de derechas, que por lo general son todos los demás por el mero hecho de no estar de acuerdo con su fascismo. No en vano el Gobierno está formado por partidos que no solo no han renegado de la dictadura comunista sino que la veneran, empezando por el sanchismo que lo ha vuelto a revivir introduciéndolo con entusiasmo de reincidente.

Pedro I, el sanchista, sabe bien que los demócratas de derechas son el único obstáculo insalvable para mantenerse en el poder y de ahí su desprecio a la libertad y la democracia…