Tren a China

Frente a la tele, una noche de verano. Sale un señor preocupado, el portavoz del Sindicato Ferroviario. Explica que nuestros trenes no solo dan un mal servicio público, sinoqque, además, la falta de mantenimiento de infraestructuras, buscada de propósito para abaratar el precio del billete y ganar a las otras empresas en liza, compromete la seguridad del viajero. Preguntado sobre si eso lo han denunciado al Ministerio de Transportes, el señor contesta que, desde que en marzo su sindicato se negó a firmar la entrega de los trenes públicos españoles a Cataluña, ha sido ninguneado.

A continuación, veo al imputado fiscal general del Estado sujetando una banderita de España junto a su homólogo chino, también con su respectiva bandera. La noticia es que el imputado fiscal ha firmado en nombre de España devolver a China, dictadura comunista que ejecuta penas de muerte por motivos políticos, los chinos que reclame que estén en España y lo mismo los taiwaneses; así España se convierte en el único país de la UE que acepta esa extradición a la dictadura comunista China.

España también será el único país de la UE que, sin fabricar un tipo concreto de avión militar, dejará de comprárselo a EE. UU.. Que buscará otro vendedor, que seguro llegará del tan cercano Lejano Oriente.

Esto ha sido todo por hoy. Por dentro nos rompemos y por fuera nos destruimos.

No podemos seguir pasivos ante el estropicio. No es la tele, es la realidad.