Cartas al director
Muerto el perro se acabó la rabia
A mediados de noviembre de 1968 el comandante se dirigió a los compañeros trabajadores y campesinos, ¡Patria o Muerte!, de tal guisa:
«También se sabe que había en la provincia de La Habana muchas vacas con brucelosis, miles y miles de vacas con brucelosis, miles y miles de vacas tuberculosas. Una de las cosas que se hizo el año pasado fue sacrificar todas las vacas, eliminar todas las vacas con tuberculosis, eliminar todas las vacas con brucelosis».
He recordado este episodio, muy comentado en las facultades de Medicina y Veterinaria españolas, al leer que, para cargarse al pez chino, Pseudorasbora parva, la Confederación Hidrográfica del Guadiana, Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico, ha cortado, como el compañero Fidel, por lo sano.
La cabra tira al monte, a estos ecocomunistas les sale la rabia aunque se queden sin perro. Han vaciado al embalse de Alcollarín, 50 hectómetros cúbicos, 50.000.000.000 de litros, y —se ve de verdad lo que les importa y el parvo bagaje de soluciones que ofrecen— que cigüeñas negras, garzas reales, flamencos, garcetas asiáticas, patos, martines pescadores, limícolas, espátulas, garcetas grandes... se busquen la vida; que le den, también, a quien ha invertido su dinero en embarcaderos, zonas de baño…
«Es como si hay un exceso de ciervos en Monfragüe y para depurar la especie quemamos todo el parque, pues eso es lo que se ha hecho aquí porque para acabar con el pez invasor lo que han hecho es cargarse la fauna terrestre y acuática», comenta uno de los alcaldes afectados.
Cuando prohíban la caza en Monfragüe y en todos aquellos sitios donde quieren mangonear —no soportan a quienes tienen ganas de trabajar e invertir—, las epizootias se harán las dueñas y serán felices aplicando mágicas soluciones «habaneras».
Ahora me entero de la transición ecológica.