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27 de abril de 2024

Miguel Parroquia San José María Rubio

Parroquia San José María Rubio

El sacerdote de Vicálvaro que ha rescatado a 52 familias del horror de la guerra en Ucrania

El Padre Miguel, de la parroquia de San José María Rubio, se centra ahora en «acompañar, integrar y sanar» a todas estas personas

El avance ruso ha generado caos y devastación en el pueblo ucraniano. Son cientos de miles las personas que han tenido que huir y se han desplazado a otros países europeos. España ha acogido hasta el momento a unos 25.000 refugiados, según los cálculos del ministro Escrivá.
La parroquia de San José María Rubio es uno de los epicentros de esta acogida. El Padre Miguel es el párroco que gestiona y organiza las misas en el templo. Además, ha sido el encargado de viajar hasta Ucrania y recoger a 40 familias. Ayer miércoles, 23 de marzo, llegaron otras 12, entre ellos un grupo de sordomudos que necesita una familia que les acoja.
Este viaje se fraguó en una tarde, no necesitaron pensarlo mucho más tiempo. Él y un amigo suyo que sufre un cáncer terminal decidieron ir en busca de familias ucranianas. Escuchar a Dios fue un aliciente de esta travesía: «el modo en el que nos habla es así de sencillo, a través de pequeñas indicaciones; si estás abierto y deseas responder a lo que Él te pide, pues te pones en marcha», subrayaba el Padre Miguel. Lo que les motivó fue la empatía, ponerse en la piel del otro. Además, añade que estos gestos no son nada triunfales; ni mucho menos una victoria, porque todavía queda mucho trabajo por hacer y la guerra no ha terminado.
Familias ucranianas y españolas

Familias ucranianas y españolas a su llegada a MadridPadre Miguel Mª. Ruiz

Al llegar lo que más le impactó fue la «maldad de los hombres, el daño que nos podemos hacer y la tremenda incapacidad para responder ante el sufrimiento» que están pasando estas personas. El dolor es el sentimiento que invade el cuerpo de un hombre que ha ido para ayudar a los más necesitados y que ve un país devastado y lleno de violencia.
Tras poner a salvo a todas estas familias y ayudarlas, la felicidad y la preocupación llenan al Padre Miguel porque la fase que empieza ahora es la más difícil; implica acompañar, integrar y sanar a todas estas personas. Esta situación es muy distinta a la vivida en la frontera: «allí todos, incluida la prensa, están acongojados». El dolor produce un silencio que el Padre Miguel reconoce que aprovechó para rezar en alto.
Padre Miguel Mª. Ruiz junto con hombres de Ucrania en la puerta de la Parroquia San José María Rubio

Padre Miguel Mª. Ruiz junto con hombres de Ucrania en la puerta de la Parroquia San José María RubioPadre Miguel Mª. Ruiz

Dios se acerca a mí y me da un abrazo, es lo que yo he ido a llevar allíPadre Miguel Mª. Ruiz de Zárate

Los ucranianos han tenido que dejar atrás a parte de su familia. Los varones mayores de 18 años y menores de 60 están obligados a quedarse en el país para defenderlo. No llegan familias completas, apenas algún caso aislado. El Padre Miguel cuenta la anécdota de una familia de seis personas que, nada más salir de su ciudad, vieron como su casa en concreto fue «aniquilada» por los misiles. Otra señora le contaba que estuvo viviendo en un refugio durante quince días; ella era la responsable de ir a una casa colindante a cocinar. Un día que salía a preparar la comida los rusos la dejaron seguir, ya que iba de la mano de dos niños. El resto de personas que iban detrás de ella fueron fusiladas.
Familias ucranianas de camino a Madrid

Familias ucranianas de camino a Madrid se detuvieron en una iglesia para rezarPadre Miguel Mª. Ruiz

Durante el viaje de vuelta, el Padre Miguel asegura que fue muy «sintomático», porque entre ellos no se conocen y están huyendo de la destrucción. Además, se le suma cierto recelo porque si se sube uno, otro se queda allí y se genera cierta inseguridad porque no saben dónde están y cuál es su destino. Asimismo, cuando están ya dentro del vehículo se genera de nuevo un gran silencio porque «lo que nosotros vemos como una cosa estupenda, ellos dicen un kilómetro más que les distancia de su lugar», indicaba el Padre. Todas estas emociones generan una gran melancolía que se compensa con la compañía, un abrazo.

Haz tú lo que Dios hace contigo, haz tú con los demás lo que Dios ha hecho con nosotros, que es hacerse hombrePadre Miguel Mª. Ruiz de Zárate

Para el reparto de las familias afectadas, en primer lugar, estudiaron las posibilidades de los voluntarios de acogida con las necesidades que tenían los afectados. De este modo no se encajan números, sino personas.
Durante la conversación, el Padre Miguel nos indicó que la política rusa ha cambiado. «Lo que hacen es llegar a una población que quieren destruir, se lo avisan por megafonía porque allí la mayoría habla ruso, es un idioma impuesto con violencia, y en 2 horas bombardean la zona. El que quiera salir que salga, pero no pueden ir hacia Polonia o hacia Rumanía, tienen que ir hacia Rusia».
Las familias ucranianas comiendo paella en la Parroquia de San José María Rubio

Las familias ucranianas comiendo paella en la Parroquia de San José María RubioPadre Miguel Mª. Ruiz

Este sacerdote que ha salvado a 52 familias pide a los españoles que recen contra el mal; «la única forma de vencerlo es haciendo el bien», apunta el Padre. Asimismo, al presidente ruso, Vladimir Putin, le pide que deje de hacer el mal, que no pasa nada por dejar de hacerlo y que no deja de ser persona por ello. Si quiere ganar la batalla de la vida y ayudar a su país debe hacer el bien.
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