
Monseñor Argüello en la ponencia de clausura del Congreso sobre el Sagrado Corazón
Argüello propone una «Agenda 2033» para consagrar al mundo al Sagrado Corazón
El presidente de la Conferencia Episcopal Española llama a una «alianza social para la esperanza» que incluya aspectos como la promoción de la natalidad, el cuidado de enfermos y ancianos, y la protección a los migrantes
El arzobispo de Valladolid y presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), monseñor Luis Argüello, ha propuesto un nuevo «Programa 2033» –como alternativa a la Agenda 2030– que conduzca a la consagración del mundo al Sagrado Corazón de Jesús y a la creación de «una alianza social para la esperanza», que contemple ámbitos como la promoción de la natalidad, la acogida a los migrantes o el cuidado de los enfermos.
El presidente del episcopado español ha lanzado esta propuesta durante la clausura del Congreso internacional sobre el Corazón de Jesús que se ha celebrado en la capital pucelana, bajo el título Cor Iesu, Spes Mundi (Corazón de Jesús, Esperanza del Mundo, en latín).
La propuesta del prelado vallisoletano para 2033, fecha en que se cumplirán 20 siglos de la muerte y resurrección de Cristo, se concreta en un decálogo, en sintonía con el magisterio del Papa Francisco en Dilexit Nos y con las palabras que León XIV pronunció al inicio de su pontificado: «¡Esta es la hora del amor!», han explicado desde el arzobispado este domingo en un comunicado.
«Un asunto que no tenemos resuelto»
El presidente de la CEE se ha referido también, en uno de los puntos del decálogo, al «desafío» que conlleva lo que denomina el «reinado social de Cristo», en alusión a la Doctrina Social de la Iglesia.
A su juicio, el coloquio entre la Iglesia y el mundo, propio de la evangelización, «es un asunto que no tenemos resuelto».
Tras advertir que la Doctrina Social de la Iglesia «no es sólo una propuesta de valores», se ha centrado en que «estamos llamados a desplegar toda la potencialidad de lo humano» y a la par, en relación a la cuestión del bien común, «estamos llamados a reconstruir alianzas, vínculos, a ser pueblo entre los pueblos, un pueblo que convoca a los pueblos».
Ello, en un momento en el que «el individualismo», ha alertado, «ha dejado al individuo solo ante el Estado» y en el que «la democracia parlamentaria vive momentos de singular crisis».
Alianza social para la esperanza
Esta es «la tarea, seguramente, fundamental de la Iglesia» en el ámbito social, ha asegurado monseñor Argüello: «Regenerar e incorporar a la vida pública una reflexión para que la convivencia en nuestras sociedades no solamente sea posible, sino que haga posible la dignidad y el bien común».
Para ello, el presidente de la CEE ha planteado «vincular caridad, unidad y paz» y «vivir la vida como vocación», y ha sostenido que se ha de «huir de toda tentación de poder, también en la Iglesia».
El decálogo incluye el «cuidado de la devoción popular», que, como ha recordado el prelado vallisoletano, fue «valiosa» para Pablo VI y «central» en el magisterio del Papa Francisco.
Además, en el contexto del Año Jubilar de la Esperanza, monseñor Argüello ha defendido la «alianza social para la esperanza» en distintos ámbitos: la demografía, la promoción de la natalidad y el cuidado de la vida, de los enfermos y de los migrantes.
Como han señalado los organizadores del Congreso, durante los tres días que ha durado su celebración, Valladolid ha sido epicentro mundial de la devoción al Sagrado Corazón de Jesús, con más de 400 participantes de países como Líbano, Alemania, Francia, Grecia, Italia, Polonia, Argentina, Chile y México