
Los nuevos sacerdotes que recibirán la ordenación sacerdotal el próximo sábado
Sevilla contará con nueve nuevos sacerdotes a partir del sábado: «El Señor siempre merece la pena»
Tras años de formación, los jóvenes darán el paso definitivo al servicio de la Iglesia al ser ordenados sacerdotes en la capital hispalense
Este sábado, un grupo de nueve jóvenes —Cristian, Andrés, Manuel Camacho, Ángel, Alberto, Teodomiro, Lucasz, Javier y Manuel Carrasco— serán ordenados sacerdote en una celebración presidida por el arzobispo, monseñor José Ángel Saiz Meneses, en la catedral de Sevilla. Lo que para muchos es una elección poco común, para ellos se ha convertido en el centro de su existencia.
Han recorrido distintos caminos hasta llegar aquí. Algunos proceden de familias con hondas raíces religiosas, otros encontraron la fe en movimientos, parroquias o amistades que les inspiraron a replantearse su horizonte vital. Pero todos comparten una misma decisión: dedicar su vida a servir desde la Iglesia, sin condiciones.
Antes de la ordenación, los jóvenes diáconos han participado en un retiro espiritual. En esos días de silencio y oración, buscaron interiorizar el paso que están a punto de dar. Para uno de ellos, ha sido tiempo para reafirmar su deseo de ser un sacerdote cercano a quienes sufren. Otro sueña con seguir el ejemplo de figuras pastorales que han marcado su camino por su entrega y alegría.
Una primera experiencia pastoral
Durante el último año, su preparación pastoral se ha intensificado. En diferentes parroquias, han colaborado con sacerdotes en la vida cotidiana de las comunidades, desde la atención a los más necesitados hasta la organización de actividades con jóvenes y enfermos.
Según recogen en los medios del arzobispado de Sevilla, Teodomiro Ortega se toma la espera «con tranquilidad y con muchas ganas». Considera que todo el tiempo pasado en el seminario no termina con el sacerdocio, «eso sería un error», afirma. A su juicio, el sacerdocio es «un momento para dar gracias a Dios, para ver la obra buena que ha empezado en mí, y que Él continuará», concluye.
En esta línea, Javier Llorente compara el ministerio sacerdotal con «un camino que se va haciendo, constantemente aprendiendo, sin pensar que se ha terminado». Por eso, cree que los próximos años serán «de crecimiento de aprendizaje, de escucha y de poner al servicio lo que uno ha recibido».
Cristian Robles es consciente de que Dios ha hecho su parte, y que «ahora me toca a mí dar el paso». Se siente amado por el Señor y, como aconseja a todo joven que se esté planteando su vocación, «no le suelto» Lucas Pysz toma el ejemplo del Papa Francisco «que siempre será para mí un ejemplo de pastor», subraya.
Manuel Carrasco añade: «El Señor les va a recompensar con creces». En este punto, Andrés Urtasun destaca que «cuando le dices sí, el Señor cambia toda tu vida». Además, «la felicidad de poder ser auténtico, de poder vivir con coherencia, eso no te lo puede quitar nadie», apunta.
Un ejemplo vocacional
Desde sus propias palabras, surge un mensaje para otros jóvenes que pudieran estar cuestionándose su vocación: dejar atrás el miedo, abrirse a nuevas posibilidades y descubrir que la fe también puede ofrecer un proyecto de vida pleno y comprometido.
Cada uno ha vivido su proceso de discernimiento con matices distintos, pero todos coinciden en que decir sí a Dios ha sido una elección que ha transformado su mirada sobre el mundo. No ignoran los desafíos, pero enfrentan el futuro con esperanza. Para ellos, esta no es una meta, sino el inicio de una misión.
Lucas lo resume con un «palante» que ofrece pocas dudas. Al final, «el Señor siempre merece la pena», y se manifiesta como, cuando y a través de quien quiere.