La rocambolesca fuga de tres monjas octogenarias de una residencia para regresar a su convento

El argumento es lapidario: «He sido obediente toda mi vida, pero esto era demasiado». Lo ha dicho sor Bernadette, una religiosa de 88 años, que planeó –y ejecutó– la huida de la residencia en la que había sido ingresada junto a otras dos hermanas «más jóvenes»: sor Regina, de 86; y sor Rita, de 82.

Las tres monjas austríacas se vieron obligadas a abandonar su hogar, el convento de Kloster Goldenstein, en diciembre de 2023. El motivo: las disposiciones vaticanas de 2016 sobre la vida contemplativa femenina, Vultum Dei Quaerere, que estipula que un monasterio cuente con al menos ocho religiosas profesas para mantener su autonomía. Ciertamente no era el caso de Kloster Goldenstein, y sus tres ancianas residentes fueron trasladadas a una residencia.

De nada sirvieron sus quejas y lamentos, por lo que, hace unos días, decidieron escapar y regresar al convento. Y tuvieron varios cómplices que las ayudaron en su evasión: numerosas ex alumnas que habían asistido al colegio que aún funciona en el monasterio y un cerrajero, que se encargó de abrir las puertas del mismo, que permanecía clausurado desde su salida.

«Estoy muy feliz de volver a casa», ha confesado la hermana Rita a la BBC. «Echaba de menos mi hogar en la residencia. Estoy muy alegre y agradecida de estar de vuelta», agregó. Las muestras de apoyo que han recibido de todo el mundo les ha confirmado en su decisión. Su cuenta de Instagram se ha disparado en apenas unos días y, en ella, las religiosas díscolas dan las gracias al apoyo que han recibido desde todos los rincones del planeta.

Schloss Goldenstein es un castillo que se transformó en convento y colegio privado para niñas desde 1877. La hermana Bernadette fue alumna de ese colegio desde 1948. Una de sus compañeras de estudios fue la actriz de cine austriaca Romy Schneider. La hermana Regina llegó al centro en 1958 y la hermana Rita, cuatro años después.

Después de entrar en la vida religiosa, las tres trabajaron en la institución educativa como profesoras durante muchos años, y la hermana Regina llegó a ser su directora.

En 2022, ante el descenso del número de monjas, el edificio pasó a manos de la archidiócesis de Salzburgo y de la abadía de Reichersberg, un monasterio agustino. El rector de la abadía, Markus Grasl, se convirtió en el superior de las monjas. La comunidad se disolvió oficialmente a principios de 2024, poco después de que las octogenarias fueran trasladadas a una residencia de la tercera edad.

Con la ayuda de un cerrajero

Al regresar a su monasterio, las monjas, acompañadas de su séquito de ex alumnas, se encontraron con que las cerraduras de su antigua residencia habían sido cambiadas, por lo que llamaron a un cerrajero. Además, hacía tiempo que se había cortado la luz y el agua. Tras varias gestiones, los suministros volvieron al convento, y las ex alumnas se encargan de llevarles comida y de facilitarles la vida. «Las monjas pertenecen al recinto; Goldenstein, sin ellas, simplemente no es posible», explica rotunda Sophie Tauscher, una de las antiguas pupilas de las tres octogenarias. «Cuando nos necesitan, solo tienen que llamarnos y allí estaremos, sin duda. Las monjas aquí cambiaron muchas vidas de forma muy positiva», ha añadido Alisha, otra estudiante, quien explicó que las hermanas siempre recordaban a las antiguas alumnas.

Los superiores eclesiásticos no parecen estar muy contentos con la rebeldía de las octogenarias, pero ellas no piensan cambiar de opinión. «Antes de morir en esa residencia de ancianos, preferiría ir a un prado y entrar en la eternidad de esa manera», ha sentenciado la hermana Bernadette.