J.K. Rowling: «He luchado con la fe religiosa desde la adolescencia; tengo un vacío con forma de Dios dentro de mí»

«Parece que tengo un vacío con forma de Dios dentro de mí, pero nunca logro decidir qué hacer al respecto». Con esa confesión, J.K. Rowling, la creadora del universo de Harry Potter, abrió un debate con sus seguidores. La escritora británica utilizó la red social X para hablar, sin disfraces ni varitas, de algo mucho más íntimo: su propio combate espiritual.

Rowling reconoce que «he luchado con la fe religiosa desde la adolescencia» y admite que la cuestión de lo divino sigue siendo un terreno inexplorado en su vida. Con honestidad, explica: «Actualmente no tengo una sola creencia que no pueda ser alterada por evidencia clara y concreta; y en todos los casos, salvo uno, sé cuál tendría que ser esa evidencia. No sé qué tendría que ver para decidirme firmemente de uno u otro lado».

Lo llama «el enigma de Dios» y lo encara con una mezcla de escepticismo y vulnerabilidad: «Supongo que ese es el significado de la fe: creer sin ver pruebas. Por eso probablemente me iré a la tumba con ese asunto personal sin resolver».

Marihuana y suicidio asistido

Pero Rowling, quien ha criticado siempre abiertamente las políticas de identidad de género y la cultura 'woke', no pretendía airear sus pensamientos más íntimos de buenas a primeras. Todo comenzó cuando un usuario la acusó de forma extrema: «Quieres que la gente muera por el simple hecho de expresar su identidad de género».

A lo que Rowling respondió con firmeza e ironía: «Estoy segura de que puedes respaldar esa afirmación con una cita mía, porque de lo contrario podría parecer que eres exactamente el tipo de persona que estoy describiendo: creencias fijas, cero pruebas, inventando agravios para justificar el deseo de silenciar a las personas que dicen cosas que no te gustan».

Fue entonces cuando otro usuario intervino y le preguntó con cierto tono desafiante: «Creencias fijas», ¿qué creencias has cambiado, JK?. Y allí Rowling, lejos de esquivar la pregunta, desplegó un catálogo de giros vitales que dejan ver la evolución de su pensamiento. Subrayó, además, que estos eran solo algunos ejemplos, pues «probablemente podría enumerar al menos veinte cosas más sobre las que he cambiado de opinión».

Entre los cambios de paradigmas en su vida, señaló algunos como: «Antes estaba convencida de que el desarme nuclear unilateral era lo correcto. Ya no lo creo». También reconoció: «Pensaba que el cannabis era prácticamente inofensivo. Ya no lo creo, porque he visto cómo ha destrozado la salud mental de alguien que me importa». Y añadió: «En otra época defendía el suicidio asistido. Ya no lo creo, en gran medida porque estoy casada con un médico que me abrió los ojos a los riesgos de coerción sobre personas enfermas o vulnerables».

Quién sabe si Rowling logrará resolver ese «asunto personal» antes de ir a la tumba. Lo cierto es que su búsqueda y sus dudas recuerdan a aquel pasaje del Evangelio de Marcos en el que Jesús le responde a un escriba: «No estás lejos del Reino de Dios». Una frase que no ofrece certezas, pero que señala un camino: el de quienes, aun sin pruebas concluyentes, siguen preguntándose y buscando.