Fundado en 1910

La iglesia de San Fermín de Aldapa en PamplonaIñaki de Luis

Proyecto Lázaro se hará cargo de la residencia que dejan los claretianos en Pamplona

Se trata de una iniciativa de laicos católicos que comparten pisos con personas sin hogar para ayudarles a reconstruir sus vidas

La escasez vocacional obligó a que los claretianos cerraran el pasado enero la residencia que dirigían en Pamplona, junto a la basílica de San Fermín de Aldapa, en el corazón de la ciudad y de la Navarrería. El edificio fue confiado entonces al arzobispado, quien se ha hecho cargo del mismo durante estos meses, mientras se buscaba a alguna organización que lo pudiera asumir. Y, por fin, ha aparecido: Proyecto Lázaro, una fundación que gestiona casas donde conviven jóvenes con personas sin hogar.

Según ha confirmado el digital Navarra Confidencial, la próxima apertura de un hogar Lázaro en San Fermín de Aldapa no se encuentra exenta de dificultades administrativas, legales, financieras y burocráticas. El inmueble precisa de una profunda remodelación para cumplir las normativas y para adecuarlo a su nueva función, pero se ha podido llevar a cabo finalmente «gracias a un par de fundaciones que van a aportar el dinero necesario para poner en marcha la iniciativa».

El Proyecto Lázaro surgió en 2012 en Francia, a través de una asociación que se llama Amigos por la Amistad. Todo comenzó cuando dos amigos se fueron a vivir con personas que habían conocido en la calle, pusieron un piso y comenzaron a vivir en fraternidad. En 2017 abrieron casa en Madrid, y ya disponen de otros hogares en Getafe, Barcelona, Valencia y El Puerto de Santa María (Cádiz). Es una iniciativa católica y el proyecto se ha expandido ya por Europa, por países como Bélgica, Suiza o Gran Bretaña.

Hoy en día hay cientos de personas en pisos por todo el mundo, que participan de este modo de afrontar la soledad y el sinhogarismo. Una casa Lázaro es un piso compartido de hombres, o de mujeres, y estudios de inserción. Los pisos acogen entre 6 y 10 personas de edades, orígenes e historias personales muy diferentes. Los residentes comparten las estancias comunes, pero las habitaciones son individuales, para respetar la privacidad y la libertad de cada cual.