Un agente de Policía hace guardia en la entrada de la catedral de Managua, mientras procesiona la Virgen de Fátima el pasado 13 de agosto
Cristianos perseguidos en Nicaragua
Aznar y otros expresidentes de todo el mundo piden al Papa que intervenga en la persecución de Ortega
En un comunicado a través de la Iniciativa Democrática de España y las Américas más de 25 exmandatarios
Expresidentes de España y Latinoamérica, entre los que se encuentra José María Aznar, se han sumado al llamamiento general por el fin de la persecución religiosa en Nicaragua, llevada a cabo por el régimen de Ortega. La petición de los exmandatarios es que el Papa Francisco se pronuncie ante el hostigamiento y los ataques que la Iglesia Católica vive en Nicaragua por parte de las autoridades sandinistas.
Los firmantes han manifestado su preocupación por la grave situación de los cristianos, las restricciones, los asedios policiales, las detenciones de sacerdotes y el arresto domiciliario de uno de los obispos más queridos del país, Rolando Álvarez, que desde dos semanas se encuentra sitiado en el palacio episcopal junto a una decena de personas.
Primera página del documento firmado por los miembros de la Iniciativa Democrática de España y las Américas
Segunda página del documento firmado por los miembros de la Iniciativa Democrática de España y las Américas
La carta ha sido enviada al Vaticano, pero también conforma un llamamiento a la opinión pública y la prensa de la región e internacional para «mantener la mirada en Nicaragua» y así poder contribuir a la paz del país.
Hasta el momento, el Papa Francisco no se ha pronunciado sobre la persecución que sufren los cristianos nicaragüenses, aunque sí lo ha hecho el nuncio apostólico en el país que tuvo que exiliarse y que participó la pasada semana en una sesión de la Organización de los Estados Americanos, de la que es observador permanente, en la que llamó a tender «puentes para el entendimiento».
En la sesión extraordinaria de la OEA del pasado 12 de agosto, el enviado del Pontífice en Nicaragua, Waldemar Stanislaw Sommertag, manifestó la gran preocupación de la Santa Sede por la situación de los cristianos.
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