Siete cosas que (quizá) no sabías sobre la Inmaculada Concepción
La Solemnidad de la Inmaculada Concepción es una de las festividades religiosas más importantes del calendario católico, y cuyo contenido desarrolla más aspectos doctrinales
Bula «Ineffabilis Deus» El 8 de diciembre de 1854 el papa Pío IX proclamaba el dogma de la Concepción Inmaculada de María, la Madre de Jesús. El contenido esencial de este dogma se refiere a una de las bases de la fe cristiana: la existencia del Pecado Original. Con arreglo a este dogma, solo María y el propio Jesús fueron concebidos sin esta herencia de la Caída de Adán y Eva. Precisamente porque ellos son los que religan a la Humanidad con el plan inicial de Dios, ese plan de estado de gracia del Edén previo a la desobediencia. El nuevo Adán es, como diría el Apóstol, Jesucristo, y la nueva Eva sería la Virgen María. Afirma la bula de Pío IX: «[María] siempre estuvo con Dios, y unida con Él con eterna alianza, y nunca estuvo en las tinieblas, sino en la luz, y, por consiguiente, fue aptísima morada para Cristo, no por disposición corporal, sino por la gracia original».Inmaculada Concepción. Zurbarán
Plenitud de lo humano En María se observa cómo quiso Dios que fuera el ser humano. De esta forma, sin perder nada de su libertad, fue, como dice el ángel Gabriel «llena de gracia». Por eso, ella obedece los designios de Dios y responde con un «He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra». Ese modelo de humanidad tiene —en consonancia con la propia etimología— mucho de humildad. Dice el papa Francisco: «en ella, la muchacha de aquel pueblito lejano, sobre ella, se posó la mirada del Señor, que la eligió para ser la madre de su Hijo» Continúa el pontífice: «contemplando a nuestra Madre Inmaculada, bella, reconozcamos también nuestro destino verdadero, nuestra vocación más profunda: ser amados, ser transformados por el amor, ser transformados por la belleza de Dios».'Inmaculada Concepción'. Peter Paul Rubens
Doble fiesta De María la Iglesia celebra una doble fiesta. En el 8 de diciembre, la Concepción; y nueve meses más tarde (8 de septiembre), el nacimiento. Igual sucede con Jesús: se celebra su Encarnación (25 de marzo) y nueve meses después su Natividad. Algo parecido podría decirse de Juan el Bautista, pues, además del día de su martirio (29 de agosto), se festeja su nacimiento (24 de junio). Incluso José, el esposo de María, cuenta con doble celebración: la propia del 19 de marzo y la del 1 de mayo.'Inmaculada Concepción'. Murillo
Antigüedad Aunque el dogma data del siglo XIX, la creencia de la Iglesia en la Concepción arranca desde los comienzos del cristianismo. No solo por las palabras del ángel —«Alégrate, María, llena de gracia, el Señor está contigo», que se repiten en la avemaría: «Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre»—, sino por el saludo de Isabel, la madre del Bautista, y la respuesta de la propia María: «Proclama mi alma la grandeza del Señor, se regocija mi espíritu en Dios, mi Salvador; porque puso sus ojos en la humillación de su esclava. Desde ahora me llamarán dichosa todas las generaciones, porque el Poderoso ha obrado cosas grandes por mí». Desde el VIII se celebra esta festividad y la bula «Ineffabilis Deus» menciona concilios y decretos papales de épocas variadas. Entre otros, se alude a Sixto IV, Pablo V y Gregorio XV.'Inmaculada Concepción'. Juan Valdés Leal
Virginidad y Purísima concepción Hay dos conceptos que, aunque entrelazados, cabe diferenciar. Por una parte, el 8 de diciembre se celebra que María, desde que sus padres la concibieron, desde que empezó a existir como un zigoto que se desplazaba hacia el útero de su madre, careció de la huella del Pecado Original. Por otro lado, la Iglesia afirma que ella, tras el anuncio del ángel Gabriel, concibió a Jesús por obra del Espíritu Santo. Virgen concibió, virgen dio a luz, y virgen se mantuvo toda su vida. Algunos de los evangelios apócrifos cristianos —no evangelios gnósticos, sino de carácter folclórico surgidos de la primitiva comunidad cristiana— se empeñan en este dejar claro este aspecto.'Inmaculada Concepción'. Juan de Roelas
Declaración dogmática El texto de Pío IX sostiene: «con la autoridad de nuestro Señor Jesucristo, con la de los santos apóstoles Pedro y Pablo, y con la nuestra: declaramos, afirmamos y definimos que ha sido revelada por Dios, y de consiguiente, qué debe ser creída firme y constantemente por todos los fieles, la doctrina que sostiene que la santísima Virgen María fue preservada inmune de toda mancha de culpa original, en el primer instante de su concepción, por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente, en atención a los méritos de Jesucristo, salvador del género humano». Durante la misa de la Inmaculada de 1960, dijo el papa Juan XXIII: «¡Oh, María Inmaculada, estrella de la mañana que disipas las tinieblas de la noche oscura, a Ti acudimos con gran confianza! Vitam praesta puram, iter para tutum. Aparta de nuestro camino tantas seducciones del gusto mundano de la vida; robustece las energías no solo de la edad juvenil, sino de todas las edades, ya que están también expuestas a las tentaciones del Maligno».'Inmaculada Concepción'. Fray Juan Sánchez Cotán
Color azul celeste Este color es el específico de la Solemnidad de la Inmaculada Concepción. En un principio, queda reservado para España y los países de tradición hispánica, gracias a un decreto de 12 de febrero de 1864 de la Sagrada Congregación de Ritos. Es un color que recuerda el Cielo, del que es reina. En el Apocalipsis leemos: «una mujer vestida de sol, con la Luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas sobre su cabeza». El empleo de este color para la liturgia concreta del día 8 de diciembre parece que remonta al siglo XIII. En todo caso, y al contrario que los colores rojo, negro o verde, no consta propiamente como color litúrgico. En España es fiesta de precepto. Y, en contra de la opinión vulgar, no es la Virgen del Pilar (12 de octubre) la patrona de España, sino la Inmaculada. Dentro de relación que liga a España con esta Solemnidad, se aluden a multitud de episodios, entre los cuales se ha destacado, durante los últimos años, el llamado «Milagro de Empel» (8 de diciembre de 1585).'Coronación de la Virgen María'. Diego Velázquez