Más del 70 % sin fe y 40 % sin sentido: jóvenes cristianos responden con un manifiesto «nacido de una herida»

En 1982, en Santiago de Compostela, san Juan Pablo II lanzó un grito profético a Europa: «Vuelve a encontrarte, sé tú misma». Hoy, más de 40 años después, ese eco resuena con fuerza en las voces de miles de jóvenes que, heridos por el sinsentido de una época marcada por la desesperanza, se levantan para proclamar una fe viva, una unidad real y una esperanza valiente.

El próximo 1 de agosto, en la basílica de Santa María in Trastevere (Roma), se proclamará el Manifiesto de los Jóvenes Cristianos de Europa: un documento «espiritual y profético», escrito por jóvenes y para jóvenes, que expresa con claridad: «Nuestra fe en Cristo, nuestra visión de una Europa renovada y nuestro compromiso con la misión, la unidad y la esperanza».

Esta iniciativa forma parte del proyecto internacional «Roma 25 – Santiago 27 – Jerusalén 33» (J2R2033), promovido por la Conferencia Episcopal Española con el respaldo de diócesis, movimientos eclesiales y Conferencias Episcopales de toda Europa. La propuesta se inscribe en el camino hacia el Jubileo de Redención que se celebrará en 2033, como parte del impulso evangelizador del Dicasterio para la Evangelización.

Un movimiento nacido de los jóvenes para los jóvenes

El Manifiesto, que ha sido publicado digitalmente ayer miércoles, 2 de julio, y ya está abierto para recibir firmas, busca unir a los jóvenes europeos en un movimiento de fe, esperanza y sanación. Se trata de una llamada abierta a todos, sin condiciones ni exigencias previas, para encender una revolución espiritual.

«Este texto no ha nacido en un despacho, nace de una herida», afirma Fernando Moscardó, joven portavoz del comité internacional. «Estamos ante una situación sin precedentes. Más del 70 % de los jóvenes europeos no se identifican con ninguna religión, Europa tiene la mayor tasa de suicidio juvenil del mundo, y más del 40 % declara que su vida carece de sentido».

«El proyecto surge de los jóvenes para los jóvenes», dice Moscardó. «Somos una generación perdida, vacía, sin rumbo, pero también somos los que decimos: ‘Aquí estamos, Señor, envíanos’. La Iglesia no es ajena a esta herida, la interpreta a través de nosotros y nos impulsa a actuar».

«Queremos a Cristo en el centro»

El manifiesto no busca «levantar una bandera ideológica» ni convertirse en un espectáculo mediático. Su espíritu es fruto de un proceso participativo y colaborativo entre jóvenes de múltiples comunidades cristianas de toda Europa.

El camino del proyecto está marcado por tres ejes fundamentales:

Peregrinación, como una búsqueda interior hacia Dios y hacia los demás, culminando en Santiago (2027) y Jerusalén (2033).

Evangelización, vivida con creatividad, alegría y autenticidad, como expresión de una fe viva y compartida.

Sanación, que afronta las heridas invisibles de una juventud marcada por la soledad y la falta de sentido.

Del 1 de mayo al 1 de junio han tenido lugar peregrinaciones locales en todo el continente, creando una red de caminos espirituales que incluyen el histórico Eje Micaélico, una «espada espiritual» que une santuarios dedicados al arcángel san Miguel, al que definen como «el patrono y custodio de los caminos», desde Irlanda hasta Tierra Santa.

«Los jóvenes creyentes compartimos una verdad: el deseo de tener a Cristo en el centro», afirma Moscardó. Aunque el manifiesto está dirigido a jóvenes cristianos, cabe preguntarse qué impacto podría tener en quienes no profesan la fe. Según Moscardó, «el texto no es el primer paso para ‘convertirte’, pero puede encender una chispa». Añade que «venimos a proclamar el Evangelio, no a hacer política ni a levantar una bandera ideológica. Estamos hartos de asociaciones vacías; esta es una verdad de amor que sana».

Actividades y fechas clave

Mayo – junio 2025: Peregrinaciones locales por toda Europa.

Julio: Publicación digital del Manifiesto, abierto a la firma de todos los jóvenes.

1 de agosto: Proclamación oficial del Manifiesto en Roma.

El evento en Roma incluirá una liturgia de la palabra, lectura multilingüe del manifiesto, testimonios, música y espacios de encuentro, con participación limitada a 600 personas en la Basílica, pero abierto al mundo digital.

Un evento para compartir la alegría del Evangelio

«Incluso dentro de la Iglesia hay mucha fragmentación. Este manifiesto quiere unirnos: es una bandera del Evangelio, una alegría que compartimos todos», explica Moscardó. «Nos identificamos con el lema de León XIV: 'En Aquel que es Uno, somos uno'».

El proyecto no exige perfección, sino disponibilidad. La figura de la Virgen María inspira esta actitud: una joven que dijo «sí» sin condiciones. «Ella es nuestra 'embajadora'. Fue valiente. Dijo: 'Yo estoy aquí para lo que quieras'», dice. «Este es un movimiento que invita a todos los jóvenes a levantarse y decir ‘sí’ a la misión, a Cristo, a la vida», define Moscardó.

El Papa, al recibir una presentación del Manifiesto, expresó su alegría y apoyo. La juventud cristiana europea siente hoy el respaldo del Vicario de Cristo. «Contar con esa alegría y esperanza del Papa es impresionante», concluye Moscardó. «La revolución ha comenzado».