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Rafaella Petrini, secretaria general de la Gobernación de la Ciudad del Vaticano.Hermanas Franciscanas de la Eucaristía

La mujer con más responsabilidad en el Vaticano admite resistencias en el ascenso de las mujeres

«Me sorprendería que fuera todo perfecto. Forma parte del juego», ha señalado la secretaria general de la Gobernación de la Ciudad del Vaticano, Raffaella Petrini

La secretaria general de la Gobernación de la Ciudad del Vaticano, Raffaella Petrini, es la mujer con más responsabilidad en la Santa Sede, pero reconoce que todavía hay resistencias en el ascenso de las mujeres a cargos de alto rango. «Me sorprendería que fuera todo perfecto. Forma parte del juego», ha declarado.
«Uno de los dilemas cruciales que el hombre contemporáneo está llamado a resolver es la naturaleza y el uso de la libertad (...) en la base de la respuesta que nosotras mujeres demos a este dilema se declinará el protagonismo femenino que está en el centro de mi intervención: ¿competición o solidaridad?», ha señalado Petrini en una conferencia organizada por la Universidad de la Santa Cruz de Roma.

Francisco ha hecho mucho

La religiosa asumió el cargo en noviembre del año pasado y se encarga de la supervisión de las operaciones administrativas de la Ciudad del Vaticano.
A su juicio, durante el papado de Francisco se ha adelantado mucho «por ofrecer a las mujeres la oportunidad de expresar más concretamente la propia libertad, nombrándolas también formalmente en puestos de guía, administrativos y de gestión de la Curia Romana y en la Gobernación de la Ciudad del Vaticano».
La religiosa ha explicado que en este primer año ha puesto en práctica lo que ha denominado un «liderazgo del servicio» con «líneas de comunicación abierta» con los empleados, una «perspectiva holística» del trabajo, así como una «cultura de equipo radicada en la solidaridad» que tenga en cuenta la fragilidad de cada persona lo que «requiere un apoyo recíproco». Además, también ha implantado un sistema con el que se trata de «compartir el poder, de tomar decisiones» con «menos estructuras piramidales y más horizontales».
Petrini ha asegurado que, si bien es un «concepto novedoso» en el entorno del Vaticano, los empleados están respondiendo «muy bien». «Es cierto que la cultura de la colaboración no es una cultura muy difundida pero he encontrado una respuesta positiva sobre todo entre los jóvenes. Hay más competición entre las personas más mayores en la Curia Romana», ha añadido.

El poder de los cuidados

Petrini también ha destacado una forma de ejercer el liderazgo y el poder «como una vocación», con capacidad «de escucha», que acompañe en las situaciones difíciles a los subordinados, y, que, en definitiva, promueva una «ética» o una «actitud dispuesta a cuidar».
En este sentido, el «liderazgo femenino» tiene que hacerse promotora de esta cultura. «El paradigma del cuidado no es exclusivo de las mujeres, sino una línea de pensamiento, una actitud alternativa, que completa la orientación tradicionalmente masculina hacia la justicia», ha señalado.
Del mismo modo, ha asegurado que actualmente el «sentimiento moral del cuidado ha sido relegado al ámbito privado o doméstico mientras que la esfera pública ha sido dominada por el sentimiento moral de la justicia».
En este sentido, Petrini ha destacado que la mujer «está llamada a conciliar el sentimiento moral de la justicia y el cuidado».
Aunque ha asegurado que desde «el punto de vista teórico» estos son «principios teóricos compartidos» por la Curia Romana porque forman una «parte integrante de la doctrina social de la Iglesia», ha manifestado que «una presencia femenina más amplia en el Vaticano favorece una extensión de este pensamiento», ha asegurado la religiosa franciscana.