El presidente de la república italiana, Sergio Matarella, ha recibido el premio Pablo VI en el Vaticano.
Francisco entrega el Premio Pablo VI al presidente de la República italiana Sergio Mattarella
El premio distingue a personalidades que hayan despuntado en los diversos ámbitos de la cultura y en la promoción de la justa convivencia humana, testimoniando el legado espiritual de Pablo VI
El Papa Francisco concedió el Premio Pablo VI al presidente de la República italiana, Sergio Mattarella.
«Creo que la entrega hoy del Premio Pablo VI al presidente Mattarella es, en efecto, una bella ocasión para celebrar el valor y la dignidad del servicio, el más alto estilo del vivir, que antepone a los demás a las propias expectativas», señaló el Papa para glosar la distinción a personalidades que hayan despuntado en los diversos ámbitos de la cultura y en la promoción de la justa convivencia humana testimoniando la el legado espiritual del Papa Montini.
Bien común
En este caso, la concesión del premio a Sergio Mattarella responde a «su dedicación al bien común en un compromiso político inspirado en los valores cristianos y, al mismo tiempo, riguroso al servicio de las instituciones civiles».
El Pontífice recordó que el mismo Pablo VI dijo que «quienes ejercen el poder público deben considerarse servidores de sus compatriotas, con el desinterés y la integridad que corresponden a su alta función». Pero «la tentación generalizada, en todas las épocas, incluso en los mejores sistemas políticos» es la de «servirse de la autoridad en lugar de servir a través de la autoridad», señaló Francisco, lamentando que «es fácil subirse a un pedestal» y en cambio, difícil, «bajarse al servicio de los demás».
El hombre contemporáneo escucha más a gusto a los testigos que a los maestros
Sobre la responsabilidad, Francisco habló también de «compromiso por la legalidad, que requiere lucha, determinación y también memoria de los que sacrificaron su vida por la justicia», como Piersanti Mattarella, hermano del jefe del Estado italiano, «las víctimas de la matanza mafiosa de Capaci”. Pablo VI constató que en las sociedades democráticas no faltan instituciones, pactos y estatutos, pero «falta a menudo la observancia libre y honesta de la legalidad».
Comunidades solidarias
Además, Francisco trajo a la memoria de los presentes la importancia que San Pablo VI atribuyó a la «responsabilidad de cada uno por el mundo de todos» con la encíclica Populorum progressio, concebida para «luchar sin resignarse ante los desequilibrios de las injusticias planetarias y a afrontar los desafíos climáticos».
«Montini –finalizó el Papa– nos ha dejado el desafiante legado de construir comunidades solidarias»; un sueño de Pablo VI como «comunidades de participación y de vida», que se esforzaran «por construir una solidaridad activa y vivida», «chocó con varias pesadillas que se hicieron realidad», como el »terrible asunto (del asesinato) de Aldo Moro".
Contento de entregar al presidente Mattarella este premio, Francisco citó de nuevo al Papa Montini, que dejó escrito en Evangelii nuntiandi: «El hombre contemporáneo escucha más a gusto a los testigos que a los maestros, o si escucha a los maestros lo hace porque son testigos».
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