Fieles frente a la Basílica en la plaza de San Pedro
La juventud del Papa toma Roma: arranca el Jubileo con la presencia de 30.000 españoles
Faltan pocos minutos para que comience oficialmente el Jubileo de los Jóvenes, con la Santa Misa presidida esta tarde por monseñor Rino Fisichella, pro-prefecto del dicasterio para la Evangelización. Pero el ambiente lleva horas hirviendo.
«¡Esta es la juventud del Papa!» es, probablemente, el grito que más resuena como un eco constante en los alrededores y en la misma Plaza de San Pedro. Faltan pocos minutos para que comience oficialmente el Jubileo de los Jóvenes, con la Santa Misa presidida esta tarde por monseñor Rino Fisichella, pro-prefecto del dicasterio para la Evangelización. Pero el ambiente lleva horas hirviendo.
Desde primera hora de la tarde, cuando el sol todavía apretaba, miles de jóvenes comenzaron a llenar los accesos al Vaticano. Mochilas al hombro, cantos y banderas de todos los países: la escena recuerda inevitablemente a otros encuentros similares, pero conserva el sabor único de esta jornada.
A las 19:00 se celebra la misa inaugural, pero ya desde mucho antes la plaza vibra con canciones y rezos. Una que no ha faltado: Jesus Christ, you are my life, himno de la Jornada Mundial de la Juventud de Roma en el año 2000. La compuso Marco Frisina y, 25 años después, vuelve a escucharse en el mismo escenario, ahora con una nueva generación que apenas había nacido cuando Juan Pablo II presidió aquella cita.
La brisa llega como una bendición para los peregrinos que llevan más de seis horas bajo el sol, y las banderas —de Polonia, Brasil, Filipinas, Italia, España, y también muchas de Corea del Sur, país que acogerá la próxima Jornada Mundial de la Juventud en 2027— se agitan orgullosas, representando a sus comunidades. No hay signos de cansancio, al menos no en la actitud. Algunos rezan en pequeños grupos, otros conversan, otros cantan entusiasmados y algunos simplemente observan, en silencio.
El Jubileo, convocado por Francisco y continuado ahora por León XIV, apunta a ser mucho más que un evento puntual: es el arranque visible de una nueva etapa en la pastoral juvenil. Y España está presente con fuerza. Tras Italia, es el país que más jóvenes ha traído a Roma, con unos 30.000 participantes, según datos de la Conferencia Episcopal Española.
No es casualidad, sino el fruto de una pastoral viva, tejida en parroquias, movimientos y diócesis que siguen apostando por acompañar a una generación que no ha renunciado a la fe como fundamento de sus vidas. Una fe que, como dice la carta a los Hebreos, sigue siendo «la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve».