Internet se ha convertido en un espacio que favorece el autodiagnóstico de los hipocondriacos

Internet se ha convertido en un espacio que favorece el autodiagnóstico de los hipocondriacos

Salud digital

Internet se convierte en el oasis de los enfermos imaginarios

Los 'cibercondríacos' encuentran en la red su mejor aliado para chequear síntomas

Internet ha favorecido una presencia cada vez mayor de «cibercondríacos», personas con una alta ansiedad por su salud e intolerancia a la incertidumbre, que encuentran en este «océano digital» una fuente y un servicio para comprobar, chequear y estar en contacto con lo que suponen sus principales preocupaciones.
Así lo explica la psicóloga y profesora del grado de Psicología de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), Marta Santarén, ante cuestiones como «¿qué lleva a algunas personas a creerse enfermas, cuando no es así? ¿Favorecen las redes sociales que cada vez haya más hipocondríacos digitales? ¿Cómo nos afecta buscar síntomas en internet?».

Nuevas enfermedades

El «cibercondríaco» es una persona que busca de forma excesiva información en buscadores de internet acerca de síntomas de enfermedades, subraya esta especialista, para quien la alarma en este tipo de perfiles, salta con cada nueva enfermedad de la que se hacen eco los medios de comunicación, lo que se ha visto acrecentado en la pandemia y postpandemia, y actualmente con hepatitis pediátrica o la viruela del mono.
Desde su experiencia profesional, internet agrava el estado compulsivo de una persona hipocondríaca, pese a que, en un primer momento, pueda verlo mitigado al encontrar una respuesta rápida sobre cuestiones que le preocupan sobre su salud o la de sus seres queridos.
Jesús Rebollo, CEO de Doctoralia, asegura que «en muchas ocasiones, cuando nos sentimos mal, la red puede ser de mucha utilidad para buscar información sobre medicamentos de forma ágil y eficaz. Sin embargo, también puede ser un arma de doble filo, ya que si no se consultan fuentes 100 % fiables y contrastadas, puede provocar el efecto adverso: el autodiagnóstico, la automedicación y, por lo tanto, conllevar a lesiones mayores».
Las compulsiones que sufren este tipo de personas por tratar de encontrar en internet una respuesta rápida a aquello que les preocupa en el ámbito de la salud se van repitiendo de una manera más frecuente e impactando en su funcionamiento cotidiano, lo que ha conducido al término del «cibercondríaco».
Por la experiencia de pandemias y epidemias pasadas, «los profesionales de salud mental sabemos que, en estos tiempos, se incrementa la ansiedad y las preocupaciones por la salud y todo lo que tiene que ver con comportamientos de búsqueda de seguridad», afirma Santarén.
«Cuando las personas, en general, nos vemos bombardeadas con este tipo de informaciones y vamos a consultar, poder escoger, a veces, se torna muy difícil», asegura la experta, para quien «internet es una buena herramienta, siempre que el usuario haga un ejercicio de responsabilidad individual, sea consciente de que internet es un mercado libre y se posicione como consumidor, responsable y proactivo».

Si no se consultan fuentes 100 % fiables y contrastadas, puede provocar el efecto adverso y lesiones mayoresJesús Rebollo, CEO de Doctoralia

También se cuelgan en la red informaciones «poco rigurosas» sobre temas de salud, que «no favorecen» a una persona sana, pero menos aún a aquella que está más aquejada o es más vulnerable al desarrollo de una conducta hipocondríaca, por lo que cree que este tipo de contenidos favorecen una tendencia creciente de personas cibercondríacas, subraya esta psicóloga.

Webs adecuadas

Reconoce, sin embargo, que hay webs que contienen «una adecuada evidencia empírica y científica para poder consultar estas cuestiones», cuyo lenguaje, sin embargo, no es cotidiano, por lo que «también es muy interesante» la labor divulgativa de profesionales, que utilizan un lenguaje más cercano para tratar cuestiones, que «nos pueden preocupar sobre la salud o determinadas enfermedades con las que nos toca convivir en estos momentos».
En este contexto, la recomendación de los profesionales de la salud es dejar de «consultar testimonios personales» en internet sobre cuestiones sanitarias, y, si se quiere obtener información proactiva, se asegurase de la calidad y rigurosidad de la fuente que se va a consultar, concluye.
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