El verdadero motivo por el que hay que protegerse del frío
Las bajas temperaturas puede afectar a la piel, vasos sanguíneos, pulmones, huesos y articulaciones
Cómo afecta el frío al corazón
- Extremidades y cabeza. Las manos y los pies así como la nariz y las orejas, son las más expuestas al frío y es importante mantener una buena temperatura para evitar la congelación y la aparición de enfermedades por bajada de defensas. El frío provoca la disminución de la circulación sanguínea en las extremidades del cuerpo, provocando una bajada del calor corporal, así como una reducción sensibilidad, lo que dificulta la termorregulación. En este sentido, es importante asegurarse de estar correctamente abrigado, usando varias capas de ropa para evitar la pérdida de calor corporal y protegerse así del viento y la humedad. Esto es especialmente importante si se va a realizar ejercicio al aire libre, cuando los gorros, guantes, calcetines gordos, orejeras y bufandas, se vuelven esenciales.
- Garganta y vías respiratorias. Las bajas temperaturas producen que las defensas del cuerpo disminuyan y, por tanto, la capacidad de resistencia a virus y bacterias asociados a enfermedades respiratorias. Por otro lado, una exposición prolongada al frío puede elevar la presión arterial, y acentuar el riesgo de eventos cardiovasculares. Llevar a cabo una dieta equilibrada rica en frutas, verduras y alimentos con antioxidantes puede ayudar a proteger los pulmones, la piel y el sistema cardiovascular. Las vitaminas C y E de la naranja o el pomelo, así como las infusiones de té verde o jengibre ayudan en la defensa del organismo y al refuerzo del sistema inmunológico. Asimismo, hay que prestar especial atención a cubrir zonas del cuerpo especialmente expuestas al frío, como garganta y vías respiratorias, que es donde se encuentran los mecanismos de defensa del sistema respiratorio.
- Sistema esquelético-muscular. Aunque no hay ninguna evidencia de que el clima influya en las causas de las enfermedades reumáticas, sí es cierto que el frío, las lluvias y la humedad hacen que los músculos se contraigan provocando contracturas y dolencias musculares y aumentando la sensación de dolor sobre las personas que padecen problemas articulares. Mantenerse activo, evitar los cambios bruscos de temperatura y abrigarse bien ayudan a reducir los dolores en las articulaciones. Al mismo tiempo, durante esta época del año aumenta el riesgo de caídas por las lluvias o la aparición de placas de hielo. Para evitar lesiones más graves, es importante prestar atención cuando se sale a la calle y usar calzado antideslizante, especialmente en los grupos más vulnerables, como personas mayores, o con problemas óseos.
- Piel. El frío afecta a la piel, pero es más notable en aquellas que son atópicas o sensibles. La sequedad ambiental y el contraste de temperatura favorecen la deshidratación cutánea y la aparición de irritaciones, eczemas, inflamaciones o, incluso, dermatitis. En este sentido, es importante no abusar del agua caliente durante la ducha, hidratar la piel a diario, usar protector solar y proteger las zonas expuestas con ropa de abrigo. Por otro lado, destacar que algunas personas tienen alergia al frío y desarrollan urticarias al estar en contacto con temperaturas bajas. Ante esta situación, además de seguir los consejos anteriores, es importante consultar a un profesional de la salud y recibir un tratamiento adecuado.