La osteopatía puede ser una herramienta terapéutica eficaz y natural en le menopausia

La osteopatía puede ser una herramienta terapéutica eficaz y natural en le menopausia

Equilibrio en la menopausia: cómo la osteopatía contribuye al bienestar corporal

La etapa de la menopausia conlleva una serie de transformaciones fisiológicas impulsadas por los cambios hormonales, especialmente la reducción de estrógenos. Esta alteración hormonal puede traducirse en una pérdida progresiva de masa muscular, rigidez en los tejidos y una menor movilidad tanto articular como fascial. Estas modificaciones afectan directamente a la postura, el movimiento, la circulación y, en consecuencia, al estado general de salud y confort de las mujeres.

En este contexto, la fisioterapeuta y osteópata Magdalena Riera, del centro Reset Estética & Salud, subraya la utilidad de la osteopatía como terapia natural y no invasiva para acompañar a la mujer durante esta etapa vital. «Con la osteopatía ayudamos a restaurar el equilibrio del cuerpo, a mejorar su funcionalidad y a potenciar la calidad de vida durante la menopausia», afirma la especialista.

Uno de los principales beneficios de esta disciplina es la recuperación de la movilidad y la elasticidad de los tejidos. A través de técnicas manuales suaves, que incluyen la movilización articular y la liberación miofascial, se actúa sobre fascias, músculos y articulaciones. Estas intervenciones favorecen una mejor circulación sanguínea, alivian la sensación de pesadez y contribuyen a una coordinación motora más eficiente.

Por otra parte, aunque no sustituye al ejercicio físico, la osteopatía desempeña un papel relevante en la prevención del deterioro muscular. «Al liberar restricciones articulares y fasciales, los músculos trabajan con mayor eficiencia», explica Riera. Esta mejora funcional permite preservar el tono y la fuerza muscular, reduciendo el riesgo de caídas y el dolor asociado al sedentarismo o la falta de movilidad.

La osteopatía también incide en el ajuste de la postura corporal y en el alivio del dolor. Durante la menopausia, los desequilibrios estructurales –como la rigidez en la columna vertebral o las descompensaciones pélvicas– pueden generar molestias en la zona lumbar, cervical o en las caderas. Las sesiones osteopáticas ayudan a corregir estas tensiones, proporcionando una postura más alineada y disminuyendo las dolencias persistentes.

A todo ello se suma el efecto positivo sobre el sistema nervioso autónomo. Gracias a su enfoque integral, la osteopatía contribuye a regular los ritmos corporales, disminuir el estrés y facilitar un descanso reparador, factores que suelen alterarse en este periodo de transición hormonal.

«Cada mujer vive la menopausia de forma distinta. La osteopatía permite un abordaje individualizado que respeta las necesidades y los ritmos de cada cuerpo», recalca la experta. Esta atención personalizada, que reconoce la singularidad de cada paciente, convierte a la osteopatía en una aliada valiosa para mantener la fuerza, la movilidad y el bienestar físico y emocional en un momento de transformación profunda para el organismo femenino.

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