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23 de abril de 2024

La calle, dividida sobre la vuelta de la mascarilla obligatoria en exteriores

COVID-19

La calle, dividida sobre la vuelta de la mascarilla obligatoria en exteriores

La nueva medida es recibida con entusiasmo entre los que creen que puede ayudar a reducir los contagios y con escepticismo entre los que recelan de su eficacia

Las primeras horas de este miércoles, 23 de diciembre, dejaron un paisaje urbano muy distinto al que llevaba reinando durante los últimos meses. En solo 24 horas, las mascarillas volvieron a tomar las calles del centro de Madrid, una medida decaída desde el fin del segundo estado de alarma, el pasado 9 de mayo, tras la declaración del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que en la tarde del lunes anunció la reintroducción inmediata de los cubrebocas en exteriores con la intención de contener la escalada de contagios por coronavirus.
A diferencia de otras ocasiones, la decisión no pareció coger desprevenido a casi nadie. Todo lo contrario: la sensación dominante parecía incluso de anticipación. Pese a que la medida no entraba en vigor hasta este jueves, en los alrededores de Quevedo, en el capitalino distrito de Chamberí, podían contarse con los dedos los viandantes que paseaban sin ella (algunos más los que la retenían bajo la barbilla). España se convertía, de nuevo, en un enorme déjà vu.
Tras constatar hace ya meses que la mayor parte de contagios se producen en espacios interiores, los científicos han cuestionado seriamente desde entonces la eficacia y utilidad de obligar a usar la mascarilla por la calle, una medida que España mantuvo durante algo más de un año cuando en otros países aquello ya era historia. Pese a todo, muchas personas valoraban el nuevo paso en positivo y se mostraban confiadas en su incierto beneficio a efectos de atenuar una curva absolutamente desbocada.
«Parece un mal necesario», «está habiendo muchos contagios», «si es una manera de prevenir, bienvenido sea», eran, en líneas generales, las razones que esgrimían los partidarios del regreso a la obligatoriedad (especialmente las personas más mayores) preguntados por El Debate. Por el lado contrario, los detractores argüían «fatiga y hartazgo», «ineficacia» y llegaban a describir la nueva norma como «un paso atrás». Ambos, en cualquier caso, pedían hacer énfasis en otras medidas, como el control del ocio nocturno, la inoculación de terceras dosis de la vacuna o incluso la obligatoriedad de someterse a pruebas de detección antes de mantener encuentros familiares en los próximos días.
La mascarilla en exteriores volverá a ser obligatoria desde hoy en todos los ámbitos excepto al hacer deporte o en espacios naturales, siempre y cuando se pueda mantener la distancia de seguridad.
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